El 14 de junio de 1786 España firmaba la paz con Argel poniendo fin a un conflicto que duraba ya más de dos siglos y al que en numerosas ocasiones los españoles habían tratado sin éxito de poner fin.
Desde los tiempos de Carlos I las costas españolas y sus posesiones en Italia se veían amenazadas por los corsarios argelinos. Ahora, con Carlos III en el trono, y tras el resurgimiento de la armada española, se preparaba el golpe definitivo contra la piratería de esas tierras.
El primer intento se produjo en 1775, tras conseguir con éxito derrotar a las tropas del sultán de Marruecos en su asedio a Melilla, se organizó una flota para tomar Argel al mando del teniente general Pedro González de Castejón, compuesta por más de 30 buques, entre los que había 6 navíos y 12 fragatas. La expedición fracasó por la pésima elección del lugar de desembarco, por parte del general de las tropas terrestres, Alejandro O'Reilly, y su mala ejecución del asalto sobre Argel.
España tuvo que interrumpir sus acciones sobre la base de la piratería argelina debido a su entrada en guerra con Inglaterra, por lo que se puso en manos del conde de Floridablanca los intentos diplomáticos de conseguir la paz. Las negociaciones se prolongaron durante 5 años y en dos frentes: Argel y Turquía. Finalmente no se llegó a buen puerto por la negativa argelina a perder las ingentes ganancias que le proporcionaba el corso.
La paz con Inglaterra dejó expedito el camino a los españoles que mandaron a uno de sus mejores marinos, el teniente general Antonio Barceló, terror de los corsarios. La escuadra zarpó el 1 de julio de 1783 desde Cartagena; 4 navíos, con el "Terrible" como buque insignia, 4 fragatas, una veintena de buques menores y 19 cañoneras, las armas con las que la dos décadas después, los españoles levantarían el bloqueo inglés sobre Cádiz.
El 1 de agosto comenzaron a bombardear Argel con las cañoneras y rechazando los ataques de las galeotas argelinas. Durante 7 días se bombardeó Argel con más de 7.500 proyectiles, causando graves daños en la ciudad y sus guarniciones. Una vez consumida la munición, se regresó a casa. Los españoles perdieron 24 hombres y tuvieron 16 heridos.
En julio de 1784 se volvió a repetir la operación ante las acciones de corsarias en Palamós unos meses antes. Tal provocación se debía a la construcción de una nueva fortaleza en el puerto de Argel, con más de 50 cañones y una nueva flota de más de 70 embarcaciones entre cañoneras y goletas. Pero tal cuestión no inquietó a los españoles que mandaron de nuevo a Barceló con el navío "Rayo" como buque insignia, junto a otros 3 navíos, 4 fragatas y una veintena de embarcaciones menores y, por supuesto, una escuadra de 24 cañoneras.
A los españoles se les unieron escuadras de Nápoles, Portugal y Malta, hastiadas de las constantes incursiones corsarias sobre sus poblaciones. El 12 de julio se comenzó el bombardeo sobre Argel, rechazando a su vez el ataque de la flota argelina. El 21 de julio, tras haber disparado cerca de 20.000 proyectiles, se puso fin a los ataques y rumbo a España, con 53 bajas entre los hombres de Barceló.
Llegado 1785 los españoles comenzaron los preparativos para un tercer bombardeo sobre Argel y forzar definitivamente la resistencia enemiga. En abril el conde de Cifuentes comunicaba a Floridablanca la intención de Argel de firmar la paz con España. Para ello se envió en 1785 a Mazarredo y a Expilly para negociar con el Dey argelino. Tras casi un año de tira y afloja con las autoridades argelinas al fin el 14 de junio Mazarredo, logró obtener la paz con Argel, a la que posteriormente se sumaría Túnez.
La amenaza berberisca en el Mediterráneo occidental había acabado. Las costas del levante español empezaron a repoblarse y con ello, a florecer económicamente. Carlos III había logrado poner fin a un conflicto muy largo y costoso sin apenas bajas humanas y materiales.
El 1 de agosto comenzaron a bombardear Argel con las cañoneras y rechazando los ataques de las galeotas argelinas. Durante 7 días se bombardeó Argel con más de 7.500 proyectiles, causando graves daños en la ciudad y sus guarniciones. Una vez consumida la munición, se regresó a casa. Los españoles perdieron 24 hombres y tuvieron 16 heridos.
En julio de 1784 se volvió a repetir la operación ante las acciones de corsarias en Palamós unos meses antes. Tal provocación se debía a la construcción de una nueva fortaleza en el puerto de Argel, con más de 50 cañones y una nueva flota de más de 70 embarcaciones entre cañoneras y goletas. Pero tal cuestión no inquietó a los españoles que mandaron de nuevo a Barceló con el navío "Rayo" como buque insignia, junto a otros 3 navíos, 4 fragatas y una veintena de embarcaciones menores y, por supuesto, una escuadra de 24 cañoneras.
A los españoles se les unieron escuadras de Nápoles, Portugal y Malta, hastiadas de las constantes incursiones corsarias sobre sus poblaciones. El 12 de julio se comenzó el bombardeo sobre Argel, rechazando a su vez el ataque de la flota argelina. El 21 de julio, tras haber disparado cerca de 20.000 proyectiles, se puso fin a los ataques y rumbo a España, con 53 bajas entre los hombres de Barceló.
Llegado 1785 los españoles comenzaron los preparativos para un tercer bombardeo sobre Argel y forzar definitivamente la resistencia enemiga. En abril el conde de Cifuentes comunicaba a Floridablanca la intención de Argel de firmar la paz con España. Para ello se envió en 1785 a Mazarredo y a Expilly para negociar con el Dey argelino. Tras casi un año de tira y afloja con las autoridades argelinas al fin el 14 de junio Mazarredo, logró obtener la paz con Argel, a la que posteriormente se sumaría Túnez.
La amenaza berberisca en el Mediterráneo occidental había acabado. Las costas del levante español empezaron a repoblarse y con ello, a florecer económicamente. Carlos III había logrado poner fin a un conflicto muy largo y costoso sin apenas bajas humanas y materiales.
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