Un 25 de junio del año 1740 tenía lugar la batalla del Fuerte Mosé, en San Agustín, Florida, que enfrentó a las tropas españolas de Manuel de Montiano, gobernador de Florida, contra los soldados ingleses de coronel John Palmer.
En el marco de la Guerra del Asiento, que enfrentaba a Inglaterra y España, los británicos, dirigidos por el gobernador de Georgia, James Edward Oglethorpe, ocuparon el Fuerte Mosé, de vital importancia para las comunicaciones de la zona, que había sido abandonado previamente por orden de Manuel de Montiano, debido a la escasez de hombres y a la imposibilidad de defensa ante la llegada de un potente ejército enemigo.
El Fuerte Mosé se encontraba en la frontera de Florida con Georgia, ocupada por los ingleses. Allí los esclavos africanos eran brutalmente explotados por los británicos en los campos de algodón, por lo que muchos de ellos no tardaron en escaparse hacia los territorios españoles. Pero no solo los esclavos negros sufrían las consecuencias del colonialismo británico, los indios habían sido despojados de sus tierras y perseguidos, salvo algunas pocas tribus con las que habían llegado a alianzas.
Florida, vecina de Georgia, representaba un mundo completamente distinto. Allí muchos negros eran libres, ya que la esclavitud era censurada por el humanismo cristiano, pero, aun siendo esclavos, tenían una serie de derechos impensables en las colonias británicas. Por ejemplo, los esclavos españoles podían tener posesiones así como cobrar un jornal por su trabajo y comprar su libertad. Además se prohibía la separación de las familias y el abuso, pudiendo llevar a los amos ante los tribunales. Por su parte los indios eran libres y conservaban sus tierras; las Leyes de Burgos así lo disponían, y la convivencia era armoniosa.
Corría el año 1687 cuando 11 esclavos negros, tras burlar a los guardianes y sus perros, y cruzar ciénagas y bosques impracticables, lograron escapar de Georgia y llegar a San Agustín, primera ciudad fundada en América del norte en el año 1565, donde solicitaron asilo a las autoridades españolas, las cuales se lo concedieron a cambio de bautizarse en el catolicismo y ayudar en la construcción del Castillo de San Marcos. Esto dio origen a un continuo éxodo de esclavos que huían de los territorios británicos hacia las posesiones españolas en busca de una vida mejor.
Carlos II, en 1693, decretó mediante una Real Cédula que todos los esclavos que llegasen a suelo español huyendo de los británicos, siempre y cuando abrazasen la fe católica, fuesen liberados de inmediato. Muchos de los que llegaron se integraron en las llamadas "milicias negras", grupos de combatientes libres que luchaban por la Corona Española, como ya se hacía en Veracruz, La Habana o Puerto Rico.
Los ingleses no tardarían en tratar de acabar con ese bastión de libertad para los esclavos, por lo que desde 1720 empezaron a realizar incursiones sobre las posiciones españolas. Pronto las milicias negras se destacarían en la defensa de Florida, y de entre todos los libertos, uno sobresalió por encima de todos: un esclavo huido de Georgia y que, tras convertirse al catolicismo había tomado el nombre de Francisco Menéndez. Su actuación en la defensa de San Agustín en 1728 le hizo ganarse el cariño y la admiración del gobernador de Florida, Manuel de Montiano, quien le nombró capitán de las milicias negras.
El creciente número de esclavos que se fugaban de los territorios ingleses llevó a Montiano a erigir en 1738 una fortaleza: el fuerte Gracia Real de Santa Teresa de Mosé, más conocido como el Fuerte Mosé. Montiano puso al frente de la fortaleza a Francisco Menéndez, quien juró servir a la Corona Española "hasta que la última gota de sangre fuera derramada". La guarnición, formada por más de un centenar de libertos a los que acompañaban sus mujeres e hijos, se gestionaba sola ya que disponían de sus propias plantaciones y comerciaban abiertamente con el resto de habitantes de esa región de la Florida.
Las cosas se complicarían en 1739 con el inicio de la Guerra del Asiento. Inglaterra ambicionaba las posesiones españolas en América, principalmente en el Caribe, y Florida era un objetivo muy codiciado. La afrenta que los españoles habían cometido, acogiendo y liberando a los esclavos británicos no quedarían impune. El gobernador de Georgia, James Edward Oglethorpe, lanzó una ofensiva para tomar San Agustín a comienzos de 1740.
De manera sorpresiva las tropas inglesas, formadas por un millar de regulares de Carolina del Sur y Georgia, además de unos 700 aliados indios de las tribus Creek y casi otro millar de esclavos negros, se lanzaron al asalto del Fuerte Mosé. Montiano apenas disponía de 500 soldados, por lo que, incapaz de ayudar a las milicias del fuerte, ordenó a Menéndez la retirada. Una columna británica del Regimiento Highlander, al mando del coronel John Palmer, ocupó la fortaleza, mientras que las tropas españolas se refugiaron en el Castillo de San Marcos, a la espera de refuerzos desde Cuba.
Pero los españoles no iban a renunciar tan fácilmente a una fortaleza situada en un enclave estratégico para las comunicaciones de Florida. Montiano, que estaba a la espera de los refuerzos de Cuba, planificó la contraofensiva. La madrugada del 25 de junio de 1740, las tropas regulares del capitán Antonio Salgado junto a las milicias de Menéndez y varias hombres de tribus indias aliadas, asaltaron por sorpresa el fuerte, devolviendo el golpe a los británicos.
La lucha que siguió fue encarnizada pero la balanza la inclinó el esfuerzo sobrehumano de las milicias negras, movidas por su juramento de lealtad y sobre todo, la libertad por la que tanto habían luchado. Los ingleses habían perdido más de un centenar de hombres cuando aparecieron en el horizonte los refuerzos españoles procedentes de Cuba, por lo que a Palmer no lo quedó otra que huir con lo puesto. La batalla fue conocida con el sobrenombre de "Bloody Mose", por la extrema dureza de los combates cuerpo a cuerpo.
El golpe fue desmoralizador y Oglethorpe tuvo que retirarse a Savannah. El fuerte había quedado inutilizable, pero San Agustín se había salvado. Montiano recompensó la valentía de las milicias negras y Menéndez pasó a formar parte de la flota española. Allí se dedicó a la caza de los buques británicos, siendo apresado en una de las batallas y vendido como esclavo británico nuevamente. No tardaron los españoles en rescatarle y devolverle a Florida, desde donde partiría hacia Cuba para hacerse cargo de la milicia de la isla.
Fuerte Mosé fue el primer asentamiento legal de negros libres en Norteamérica y está considerado hoy en día como Hito Histórico Nacional y lugar de culto para el Movimiento por los derechos civiles.
Recreación de la batalla del Fuerte Mosé |
Placa conmemorativa |
Recreación de la batalla |
Dibujo del Fuerte Mosé |
Francisco Menéndez |
No hay comentarios:
Publicar un comentario