El viernes 3 de agosto de 1492 partía del puerto de Palos de la Frontera la expedición dirigida por Cristóbal Colón, compuesta por las carabelas "Pinta" y "Niña" y la nao "Santa María", con la misión de llegar a las Indias a través del Atlántico.
Poco se sabe de los años anteriores a que Cristóbal Colón se presentase en el monasterio andaluz de La Rábida. Se le da por nacido a mediados del siglo XV, probablemente en Génova. Su hijo Hernando dejó escrito que estudió en Pavía, donde Cristóbal aprendió navegación y cosmografía. De esta forma se lanzaría a la mar en los años 70 y en 1476 un naufragio en las costas portuguesas le llevaría hasta la capital de aquel país, donde consiguió trabajo como agente comercial para la casa Centurione de Madeira.
Es en esa época cuando contrae matrimonio con Felipa de Moniz y cuando tiene a su hijo Diego. Como agente comercial viajará a multitud de países y se afianzará como un reputado y experto navegante, y también comenzará a preparar su plan de llegar hasta Cipango a través de occidente. Con esta idea se presentó ante la corte de Portugal, la primera potencia naval del momento. El rey, Juan II, recibió el proyecto y mandó someterlo a la consideración de la Junta de Matemáticos la cual lo rechazó.
En 1485, y tras la muerte de su mujer, Colón partió a Huelva junto a su hijo y se plantó en el monasterio de La Rábida, donde conoció a fray Antonio de Marchena, un hombre con grandes conocimientos científicos y que sería el que le abriría las puertas de la corte castellana. Marchena presentó a Colón a fray Hernando de Talavera, confesor de la reina Isabel y uno de los grandes ilustrados de su tiempo. De esta manera Colón pudo presentar su plan a los Reyes Católicos. No era el mejor momento para ello: la conquista de Granada era la principal ocupación de los monarcas. Además temían violar el Tratado de Alcaçovas, que supuso la paz entre los reinos de Castilla y Aragón, y el de Portugal, además de repartir los territorios en el Atlántico.
Tras la toma de Granada las aspiraciones de Colón volvieron a resurgir. Se trasladó a Santa Fe, una villa granadina donde se había instalado la corte para la campaña. Allí comenzaron las negociaciones para la empresa de viajar a las Indias. Por parte de la corona actuó Juan de Coloma, secretario de Fernando el Católico y señor de Elda. En nombre de Colón hablaba fray Juan Pérez. Las negociaciones no hubieran llegado a buen puerto de no ser por Luis de Santángel, que se ofreció para costear el proyecto con más de 1 millón de maravedíes.
El 17 de abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, donde los reyes concedían a Cristóbal Colón el título de "don", el oficio de "almirante de la Mar Océana, vitalicio y hereditario en todo lo que descubra o gane". También el título de "almirante mayor de Castilla" y los oficios de virrey y gobernador, y una décima parte de las ganancias obtenidas en su almirantazgo y la octava parte de los beneficios obtenidos por las armadas que partan hacia esos territorios.
Con estas órdenes reales se plantó Colón en el puerto de Palos, donde la villa debía proporcionarle 2 carabelas. El problema era conseguir tripulación; nadie quería embarcar en tal proyecto. Colón llegó a plantearse reclutar hombres en las prisiones, pero los frailes le quitaron la idea de la cabeza aludiendo el grave peligro que podría suponer un motín a bordo. La aparición de los hermanos Pinzón cambió las cosas. Martín Alonso, el mayor, empezó a reclutar marinos experimentados. Su crédito y reputación como experto navegante y avispado empresario le bastaron para tener gente sin mayores problemas. Además desestimó los barcos aportados por la villa de Palos ya que no los consideraba aptos para tal empresa.
Martín escogió a los hermanos Niño y a los hermanos Quintero, ambos con sus propias carabelas, la "Niña" y la "Pinta", respectivamente. También apareció Juan de la Cosa, cartógrafo y reputado marino, que aportó su nao, la "Gallega", rebautizada como la "Santa María", y que sería la capitana de la expedición. La "Niña" será capitaneada por Vicente Yáñez Pinzón, con Juan Niño como primer piloto. El mando de la "Pinta" recaerá en Martín Alonso Pinzón, mientras que la "Santa María" estará bajo mando del propio Colón, quien contará como segundo con Juan de la Cosa y como piloto con Pedro Alonso Niño.
Una vez escogida la tripulación, unos 90 hombres entre los que se encontraban desde carpinteros, sastres, orfebres, médicos, intérpretes y sobre todo experimentados marinos, muchos procedentes de Cantabria y Vizcaya, se puso inicio a una aventura que cambiaría el mundo para siempre. El 3 de agosto de 1492 se hacían a la mar los 3 barcos desde el puerto de Palos de la Frontera rumbo a lo desconocido.
La primera parada en el viaje fue las islas Canarias, donde llegaron el 9 de agosto. Allí se aprovisionaron y realizaron reparaciones en la "Pinta", que había perdido el timón, y se consiguieron velas nuevas para la "Niña". El 6 de septiembre reanudaron el viaje aprovechando el alisio; atrás dejaban las Canarias y todo lo conocido hasta la fecha por aquellos hombres. Durante las siguientes semanas los hombres de Colón descubrieron cosas inquietantes que tuvieron que turbar sus ánimos: desde la desviación magnética, esto es, la diferencia entre el norte geográfico señalado por la Estrella Polar, y el norte magnético, marcado por la brújula, hasta el Mar de los Sargazos, tan lleno de algas que pareciera que los buques varasen de un momento a otro.
La amenaza de motín estaba presente entre la tripulación. Era Octubre y ahí no había tierra por ningún lado. Los hermanos Pinzón tuvieron que intervenir para evitar males mayores el 6 de octubre, tras más de 2 meses fuera de casa. Los suministros escaseaban y la poca comida que quedaba estaba en pésimo estado. Además el olor era tan nauseabundo que se tenía que dormir en la cubierta. Algunos afirman que el día 10 de octubre eran los propios hermanos Pinzón quienes advertían a Colón de que si en 3 días no se encontraba tierra, volverían a España. Lo cierto es que un viaje de vuelta sin apenas provisiones y con los vientos en contra era una locura casi mayor que seguir navegando rumbo a lo desconocido.
El 11 de octubre la presencia de pájaros levantó los ánimos en los hombres; si había pájaros tenía que haber tierra cerca. Colón ofreció una recompensa al primero que la avistase. Al fin, en la madrugada del día 12 de octubre de 1492, el vigía de la "Pinta", Juan Rodríguez Bermejo, conocido como "Rodrigo de Triana", avistaba tierra firme. Se trataba de una isla de Las Antillas llamada Guanahaní por los indios, y que sería bautizada por los españoles con el nombre de San Salvador. Colón había descubierto América aunque estaba convencido de que aquellas tierras pertenecían a las Indias.
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