El 4 de mayo de 1589 tropas inglesas y holandesas trataron sin éxito de hacerse con la ciudad de Coruña, brillantemente defendida por el poco ejército que el gobernador de la villa, Juan Pacheco, pudo reunir, destacándose María Mayor Fernández de la Cámara y Pita, más conocida como María Pita, y que acabaría siendo elevada a la categoría de heroína del pueblo.
Tras el fracaso de la "Grande y Felicísima Armada", enviada por Felipe II para tomar Inglaterra un año antes, la reina Isabel I decidió tratar de devolver el golpe a España, y mandó una flota de entre 150 y 200 buques, entre ellas unas 60 urcas holandesas, que transportaban un ejército de más de 25.000 hombres, entre tropa y marinería. El objetivo principal era destruir los buques que habían sobrevivido de la flota española, los cuales se encontraban en su mayoría reparándose en los puertos del Cantábrico. Además se pretendía tomar la ciudad de La Coruña, y desde allí, avanzar hacia el sur para tomar Lisboa y entronizar al Prior de Crato, rival que había sido vencido en la Batalla de Alcántara 9 años antes, perdiendo así el trono portugués en favor del monarca español.
Las aspiraciones de Crato significaban la ruina para Portugal, ya que había pactado en secreto con la reina inglesa una compensación de 5 millones de ducados, más un tributo anual y la cesión de numerosas plazas portuguesas. Además había autorizado el saqueo inglés de Lisboa durante 12 días, ya que la nobleza de esta ciudad se puso de parte de Felipe en su lucha por el trono.
Para ello Isabel puso al mando de su flota al pirata Francis Drake, reconvertido en marino "respetable", cuya estrategia organizativa y logística quedó ampliamente en evidencia. Sin casi preparativos y con escasez de víveres, pues esperaban saquear fácilmente los puertos españoles, se lanzaron al mar el 13 de abril, llegando a las costas coruñesas al anochecer del 3 de mayo. Los ingleses, con una flota mayor que la enviada por España un año antes, confiaban en una sencilla victoria.
Esa misma noche el gobernador de La Coruña mandó un par de galeras para comprobar el tamaño de la flota y tratar de averiguar sus intenciones. Viendo el panorama que se avecinaba, Pacheco mandó formar al apenas centenar de soldados con los que contaba, a las milicias de la zona y todo hidalgo en condiciones de combatir. Además, la población local se sumó al llamamiento sin dudarlo un instante. Un total de 1.500 hombres, junto con 2 galeras, 2 galeones, 1 urca y 1 nao, se disponían a defender La Coruña.
Drake, que había decidido atacar La Coruña en lugar de Santander, como le había ordenado Isabel I, ya que pensaba que había un gran tesoro procedente de América en la ciudad, dividió su flota en 5 escuadras y el 4 de mayo empezó a introducirse en la bahía de la ciudad gallega y a mandar las barcazas con las tropas desembarco. Por su parte los españoles situaron las dos galeras, la "Princesa" y la "Diana", junto al galeón "San Juan", al abrigo del fuerte de San Antón, donde se concentraba la mayor parte de las baterías costeras de la ciudad, comenzando a abrir fuego contra el enemigo.
Drake mandó desembarcar las tropas al mando del Mariscal John Norreys, las cuales llegaron a la playa de Santa María de Oza, al otro lado del fuerte. Algo más de 8.000, junto con diversas piezas de artillería. Desde allí comenzaron a disparar contra los buques españoles, que no podían defenderse desde sus posiciones. El "San Juan" fue batido y posteriormente incendiado por sus marinos, mientras que las galeras se pusieron a buen recaudo en el puerto de Betanzos y sus hombres se usaron para reforzar los fuertes coruñeses.
Las tropas de Norreys consiguieron hacerse sin demasiadas dificultades con la parte baja de la ciudad en los días siguientes. El barrio de la "Pescadería" fue saqueado y varios centenares de civiles fueron asesinado por los ingleses, que posteriormente se lanzaron a por la parte alta, defendida por unas proverbiales murallas, tras las cuales los españoles se prestaron a resistir a toda costa.
Dirigidos por el capitán Juan Varela, los soldados españoles, arcabuz y pica en mano, junto a los vecinos de la ciudad, resistieron las cargas inglesas una y otra vez, rechazando una oferta de rendición. El día 12 de mayo los ingleses consiguieron volar parte de la muralla coruñesa pero se estrellaron contra los soldados, hombres, mujeres y niños de la ciudad, que solo en esa jornada dieron cuenta de un millar de enemigos.
Es en esta acción donde se distinguió María Pita, quien ya se había destacado en la defensa, luchando codo a codo junto a sus vecinos y soldados, y que, tras haber perdido a su marido en la lucha, se lanzó contra un alférez que portaba el estandarte inglés, y tras arrebatárselo, le atravesó con él dándole muerte, mientras, y según cuenta la tradición, gritaba aquello de "quien tenga honra que me siga", haciendo que la moral española se viniera arriba. También destacó Inés de Ben, quien resultó herida en la defensa de la ciudad. Los ingleses, ante el cariz que estaba tomando el combate y viéndose incapaces de superar las defensas españolas, optaron por retirarse, reembarcando todas las tropas el día 18 de mayo, poniendo rumbo a Lisboa para intentar tomarla.
Habían muerto cerca de 900 defensores, la mayoría de ellos civiles, pero la heroica resistencia de la ciudad había dejado más de 1.500 ingleses muertos, varios buques hundidos y sobre todo, habían minado la moral de los atacantes, que tuvieron que ver cómo al partir para Lisboa desertaban varios barcos con más de 1.000 hombres.
Felipe II reconoció la singular actuación de María Pita nombrándola Alférez Perpetuo, otorgándole la pensión que correspondía al rango más 5 escudos mensuales. Hoy en día se puede apreciar una bella estatua de María Pita levantada en su honor y situada en la plaza que lleva su nombre.
Estatua de María Pita en la ciudad de La Coruña |
Grabado de la batalla |
Francis Drake |
No hay comentarios:
Publicar un comentario