El Milagro de Empel

El año de Corbie. 1636. La oportunidad perdida contra Francia

 


Tras la brillante victoria obtenida en Nördlingen por los católicos sobre las fuerzas sueco-bernardinas, sustentada principalmente en el ejército hispánico del Cardenal Infante, don Fernando de Austria, los Habsburgo parecían a controlar la situación en el Imperio, lo que provocó la entrada de Francia en la  Guerra de los Treinta Años pocos meses después. 

De manera sorpresiva y arguyendo banales justificaciones, Luis XIII y su todopoderoso ministro, el cardenal Richelieu, se lanzaron al ataque contra los Países Bajos españoles en la primavera de 1635, uniendo sus fuerzas a las de los holandeses de Federico Enrique de Orange, derrotando a las fuerzas hispánicas en Les Avins y tomando salvajemente la ciudad de Tirlemont para finalmente poner bajo asedio a Lovaina. Finalmente la incursión pudo ser rechazada con la ayuda de un ejército imperial conducido por Octavio Piccolomini, la tenaz resistencia de los defensores de la ciudad, y el constante acoso de los hombres del Cardenal Infante, quien además había dado el visto bueno a una arriesgada operación para tomar el inexpugnable fuerte de Schenkenschanz, o Esquenque, como así lo conocían los españoles. 

La toma de Schenkenschanz, en julio de 1635, bastó para que los holandeses se desentendieran del ejército francés y se centrasen en la recuperación de la que consideraban su plaza más emblemática e importante. Sin apoyos, los mariscales Brezé y Coligny evacuaron a los restos de su maltrecho ejército, que lograba regresar a Francia habiéndose dejado por el camino más de 22.000 hombres, 240 banderas y estandartes, y todo su tren de artillería, municiones y suministros. Tras el estrepitoso fracaso del estreno francés en la guerra, al que se sumaba la pérdida de las islas Lérins, frente a las costas de Cannes, el año de 1636 comenzaría con la terrible noticia de la pérdida del fuerte de Esquenque, en el que Federico Enrique y su primo, Juan Mauricio de Nassau, se habían jugado la hacienda y la reputación de las Provincias Unidas. 

La noticia cayó como un jarro de agua fría en la corte de Madrid, especialmente en el conde duque de Olivares, quien consideraba aquel fuerte como "la mayor joya que el Rey nuestro señor tenía en esos Estados", y exigía una venganza contra los holandeses a la altura de las circunstancias. Pero don Fernando de Austria, flamante gobernador de los Países Bajos, no se iba a dejar arrastrar por la furia y mantendría la cabeza fría, diseñando un plan que buscaba sacar de la ecuación a Francia, un rival que, por su capacidad de reclutamiento y financiación, consideraba el mayor peligro para el dominio de los Habsburgo en Europa. De hecho, Luis XIII y el canciller sueco Axel Oxenstierna firmaban el 20 de marzo en Mecklenburg el Tratado de Wismar, por el que Francia se comprometía a proseguir la lucha junto a Suecia contra los Austrias. 

Fruto de estos acuerdos se diseñó un plan para la campaña militar de 1636; Suecia y sus aliados alemanes atacarían las regiones de Silesia y Bohemia, mientras que Francia cargaría desde la margen izquierda del Rin. El acuerdo suponía el reconocimiento de Francia a la necesidad de apoyarse en Suecia para obtener sus propósitos y pronto ambos ejércitos se pusieron en marcha. Un ejército francés conducido por Enrique II de Borbón, príncipe de Condé, partía a finales de mayo del reino y se adentraba en el Franco Condado, haciendo caso omiso a los tratados de neutralidad de la Confederación Helvética, mientras que otro ejército a las órdenes de un joven Enrique de la Tour, vizconde de Turenne o Turena, como le conocían los españoles, debía unirse con las fuerzas de Bernardo de Sajonia-Weimar y atacar Alsacia. 

Condé contaba con 15.000 infantes encuadrados en los regimientos de  Conti, Enghien, Picardía, Noailles, Navarra, Tonneins y Nantueil, los regimientos de caballería francesa de La Meilleraye y Gassion, así como el de caballería alemana de Rantzau y un regimiento suizo, sumando todo 4.000 caballos, a lo que se añadía un tren de artillería de 14 piezas dirigido por el duque de La Meilleraye, Charles de la Porte. Con estas fuerzas puso bajo asedio la plaza de Dôle, capital del Franco Condado, y de la que Richelieu decía que su toma era "la de todo el país", el 28 de mayo de 1636. Dôle se encontraba defendida por el conde Louis de la Verne, gran escudero de Borgoña quien contaba con 3.680 infantes y 180 jinetes, quien impuso su criterio de resistir frente a los que abogaban por negociar la rendición con los franceses. 

Las operaciones comenzaron de inmediato, con la lucha por el puente sobre el río Doubs el 29 de mayo entre fuerzas del regimiento de Picardía y 800 hombres del regimiento de Verne, quienes acabaron haciéndose con el control del puente y lo conservaron durante todo el asedio, para desesperación francesa. Para el 1 de julio los franceses habían abierto trinchera y el 13 de ese mes lograron ganar la contraescarpa del foso de l ciudad pero pagando un elevado precio; el regimiento de Enghien hubo de ser sustituido por el de Picardía debido a lo terrible de sus pérdidas. Mientras los combates por la muralla se sucedía, la caballería francesa se entretuvo en saquear las poblaciones cercanas como Saint Ferjeux, Recologne o Marnay. El 24 de junio Condé envió una fuerza de 2.000 hombres para atacar Quingey, a mitad de camino entre Dôle y Besanzón, pero fue interceptada por el ejército del Franco Condado a las órdenes del arzobispo Ferdinand de Rye. 

Las peticiones de ayuda de la ciudad y del Franco Condado no cesaban, pero el ejército hispánico tardó en ponerse en marcha ya que don Fernando necesitaba tiempo para reorganizar sus fuerzas tras la pérdida de Schenkenschanz y sopesar las opciones. Desde Madrid se instaba a un ataque total contra los holandeses, pero el gobernador de los Países Bajos tenía en mente otros planes. Alentado por la tímida propuesta de Maximiliano de Baviera de invadir París y por la presumible incapacidad de movimiento de los holandeses, exhaustos humana y económicamente tras la recuperación del Esquenque, envió al duque una petición para que le cediese a su temida caballería bávara, comandada por Johann von Werth. A finales de junio, finalmente, una fuerza de maniobra de unos 25.000 hombres del Ejército de Flandes se puso en marcha, comandada por el príncipe de Carignano, Tomás Francisco de Saboya, quien estaba asistido por Claude de Lannoy, conde la Motterie, penetrando a principios de julio en la región francesa de Picardía, mientras que el ejército bávaro imperial de Piccolomini y Werth, compuesto por unos 20.000 hombres, hacía lo propio sobre la región de Champaña. 

Asedio de Dôle, por Nicolas Labbé

La fuerza hispánica estaba compuesta por los tercios españoles de Francisco Zapata y de Alonso Pérez de Vivero, conde de Fuensaldaña, que mandaba el antiguo tercio del marqués de Belveder, levantado en 1591. Junto a estos se encontraban los tercios valones del barón de Wezemaal, el del conde Willerval y el del conde de Frezin; los tercios italianos de Andrea Cantelmo y de Carlo Guasco, el tercio de irlandeses de Owen Roe O´Neill, así como los regimientos de infantería alemana del conde de Hoogstraten, de Agustín Spínola, y del señor de Cefontaine, Emmanuel de la Biche. Las fuerzas de caballería, bajo el mando del Juan de Nassau y de Juan de Vivero, se componían de diversas compañías de todas las naciones y los regimientos de caballos del conde de Bucquoy, del conde de Isemburg, del barón de Sebac y del barón de Vaugrenaud. Acompañaban a esta fuerza 9 regimientos de infantería y 5 de caballería lorenesa a las órdenes del obispo de Verdún, el príncipe Francisco de Lorena.

En cuanto al ejército bávaro imperial que entró en la región de Champaña bajo el mando de Johann von Werth y Octavio Piccolomini, este estaba compuesto por 5 regimientos de infantería bávara, destacando los de Wahl, Hasslang y del conde de Pappenheim, y 6 regimiento de caballería, y otros 7 regimientos de infantería imperial, entre los que se encontraban los regimientos de Jean de Beck, del conde Goltz y de Fernemont, más 10 regimientos de caballería y una compañía de caballos polacos. En Flandes, mientras, quedaba una fuerza de unos 15.000 hombres al mando del conde de Feria, Manuel Pimentel, compuesta por el tercio español del marqués de Celada, los tercios de infantería italiana de Francesco Toralto y del duque de Avellano, el tercio valón del barón de Ribancourt, el irlandés del conde de Tyrone, y los regimientos alemanes de Rouveroy, Ottavio Guasco, de Brion, del señor de Maleve y del marqués de Lede. La caballería del ejército quedó bajo el mando de Segismondo Sfrondati, marqués de Montafia, con diversas compañías de las distintas naciones y los regimientos de caballos del señor de Granges, de Visconti y del conde de Fuenclara. 

Casi al mismo tiempo que se movían los ejércitos católicos, las fuerzas franco germanas de Turena y Bernardo de Sajonia ponían sitio a la ciudad de Saverne, en Alsacia. Nada más llegar el duque hizo trinchera, haciendo gala de su habitual impulsividad y arrojo, en contra de la opinión de Turena, quien temía por la presencia en la zona de Mathias Gallas, el general del ejército imperial tras la caída de Wallenstein, con un contingente de 12.000 infantes y 2.500 caballos, más que de sobra para hacerle un roto al ejército franco bernardino. Gallas se hallaba en Drusenheim, a orillas del Rin, a unos 50 kilómetros al este de Saverne, y no tenía mucho interés en moverse de donde estaba, para desesperación de los defensores de la ciudad y de las fuerzas combinadas católicas que se lanzaban contra Francia, dedicándose a construir un puente sobre el Rin para que, en caso de necesidad, poder facilitar la huida hacia Alemania.

El ejército de maniobra hispánico se internó en Picardía sin oposición alguna, ya que Luis II de Soissons, quien disponía de unos 10.000 hombres, se negó a plantar batalla consciente de la superioridad cuantitativa y, sobre todo, cualitativa, de los hombres del Ejército de Flandes. El resultado fue un paseo militar español y la toma de las plazas fuertes de La Capelle, nudo estratégico de comunicaciones en la frontera con Flandes, Le Catelet, y Vervins, que cayeron sin resistencia. La ausencia de cualquier tipo de defensa resultó escandalosa, por lo que no tardaron en rodar cabezas, empezando por la del señor de Bec, gobernador de La Capelle, quien fue sometido a consejo de guerra perdiendo todos sus títulos y bienes, y logrando escapar antes de que se le ejecutara por descuartizamiento. 

Las fuerzas bávaro imperiales, mientras tanto, marchaban paralelos a los hispánicos por el este, adentrándose en la Champaña. A mediados de julio el sitio de Dôle se recrudecía, y el 14 de ese mes los franceses finalmente tomaban Saverne, habiendo pagado un elevado precio, pues perdieron más de 2.000 hombres y tanto Bernardo como Turena resultaron heridos. Incomprensiblemente, Gallas no se movió de Drusenheim, limitándose a recibir con honores a los cerca de 1.000 defensores, "de los mejores y mejor formados hombre que jamás haya visto", que pudieron salir de la ciudad tras negociar la rendición e integrarse en el ejército imperial. El 16 de julio una pequeña fuerza comandada por Christophe de Raincourt intentó meter un socorro en Dôle, pero fue rechazada por los franceses, cuyos centinelas dieron la voz de alarma cuando les descubrieron intentando atravesar el bosque de Chaux.

A finales de julio los sitiadores instalaron nuevas baterías para cañonear contra el que creían que era el punto débil de Dôle, el antiguo castillo, coincidiendo con la unión de las fuerzas de Werth y del príncipe de Carignano. El Cardenal Infante decidió subir la apuesta y dirigir al ejército a Corbie, para cruzar el río Somme por el puente de Cerisy. Corbie era una pequeña plaza dependiente de Amiens cuya importancia radicaba en que, tras su toma, el camino hacia París, a menos de 140 kilómetros al sur, quedaba expedito. En este punto surgieron las primeras discrepancias entre los españoles y sus aliados; don Fernando era de la opinión de ir tomando plazas fuertes para asegurar la retaguardia de su ejército y sus lineas de abastecimiento mientras que Werth era partidario de lanzarse directamente sobre París. El criterio del Cardenal Infante se impuso y las fuerzas combinadas tomaron Corbie, aunque para ello emplearon casi dos semanas, perdiendo así un tiempo precioso que fue aprovechado en la capital francesa para organizar la defensa. 

El Cardenal Infante, conocedor de la preocupante situación por la que atravesaba la capital del Franco Condado, envió al duque de Lorena desde Lieja al frente de un cuerpo de ejército que debía ir recogiendo por el camino pequeños destacamentos españoles e imperiales. A su vez, la noche del 3 al 4 de agosto, fuerzas del Franco Condado lanzaron un feroz ataque sobre las forjas de Drambon, que fabricaban la munición para el ejército de Condé, paralizando así las operaciones de asedio lo que, unido al avance de Lorena, que ya había llegado a Gy, a unos 40 kilómetros al noreste de Dôle, al frente de unos 7.000 infantes y 5.000 caballos, hizo saltar todas las alarmas en el campo francés. Condé celebró consejo y decidió redoblar los esfuerzos en los trabajos de minado, por lo que el 13 de agosto los franceses estallaron unas minas colocadas en las inmediaciones del antiguo castillo pero, para fortuna de los defensores, las explosiones no causaron apenas daños. 

Al día siguiente el ejército de socorro del duque de Lorena estaba ya muy próximo a Dôle, por lo que a Condé no le quedó más remedio que poner fin al asedio y retirarse. La ciudad fue socorrida el 15 de agosto tras un durísimo asedio en el que, además de al ejército francés, hubo de hacer frente al hambre y a las enfermedades, perdiendo unos 800 defensores en acciones militares, pero muchos más por la peste bubónica que arrasó en los siguientes meses el Franco Condado. Por su parte, el ejército de Condé, que había lanzado más de 10.000 balas de cañón y cerca de 5.000 bombas, se dejó en los muros de Dôle más de 5.000 hombres y toda su artillería y la mayor parte de su tren de bagajes, resultando su incursión un fracaso en toda regla, al igual que la ejecutada el año anterior en los Países Bajos. 

Plano del asedio de Dôle realizado en 1637

A la vez que los franceses se retiraban de Dôle, caía Corbie y, pocos días después lo hacían Bohain, Roye y Montdidier. Condé recibió órdenes de dirigirse inmediatamente a París con los restos de su maltrecho ejército. Para finales de agosto la caballería bávara de Werth llegaba a Compiegne mientras que la vanguardia del ejército hispánico tomaba Pontoise, en la margen septentrional del río Sena, a menos de 40 kilómetros al noroeste de París. El pánico se desató en la capital francesa, huyendo muchos nobles y cortesanos hacia Chartres y Orleans mientras que Luis XIII y Richelieu, con buen criterio, se negaron a abandonar su corte. Soissons, que lejos de recibir el castigo que correspondería su inacción en la frontera con los Países Bajos, fue el encargado de organizar las defensas de la ciudad y de la leva de milicianos y campesinos, la mayoría reclutados forzosamente. También se hizo recluta de soldados en las regiones de Normandía, Bretaña y la Provenza. 

A comienzos de septiembre, cuando ya era más que evidente la inacción deliberada de Gallas y la falta de colaboración del emperador, el Cardenal Infante decidió regresar a Flandes. Mucho se ha especulado sobre esta polémica decisión de don Fernando cuando París estaba a tiro y aún a día de hoy no queda claro por qué el ejército hispánico comenzó a retirarse del río Oise a mediados de ese mes. Sabemos que Gallas se negó a abandonar Drusenheim y a invadir la borgoña francesa, tal y como se había acordado, de hecho, el conde de Oñate mantuvo una tensa correspondencia con el rey de Hungría en el que le reprochaba la parálisis de Gallas, quien contaba con una fuerza de unos 40.000 hombres para agosto. Por su parte, el de Hungría exigía a Oñate que librase los dos millones y medios de táleros que Felipe IV había destinado para financiar el ejército imperial que debía atacar Francia y abrir un nuevo frente. En este punto es necesario recordar que la invasión del país galo por las fuerzas del Ejército de Flandes se había producido en el marco de la ayuda que España prestaba al Imperio, por lo que no se podía entender que la principal fuerza del emperador, la de Gallas, aún no se hubiera puesto en marcha. 

Sea como fuere, el Cardenal Infante ordenó a su ejército volver tras sus pasos reforzando previamente la fortaleza de Corbie, con la esperanza de poder interceptar a las fuerzas de Federico Enrique que, alarmado por la desesperada situación de su principal valedor, realizó un movimiento de diversión con los pocos hombres que pudo movilizar. Mientras, desde Madrid, Olivares daba instrucciones a Oñate para que el dinero enviado desde España solo se entregase a los imperiales para emplearlo en una campaña "dentro de Francia y, si fuere posible, tomar Dijon y el ducado". Para cuando Gallas recibió instrucciones de avanzar, a finales de septiembre, los españoles ya se habían marchado de Francia y el ejército francés ponía bajo asedio la fortaleza de Corbie, donde habían quedado 3.000 hombres para su defensa. 

El asedio de Corbie comenzó formalmente el 27 de septiembre, en medio de unas fuertes lluvias que dificultaron las obras de sitio, pero también el envío de refuerzos por parte de Werth. A comienzos de octubre Gallas recibió un nuevo tren de artillería y otros 5.000 hombres más, por lo que al fin se decidió a moverse y a mediados de mes avanzó hacia Dijon. Cuando tenía a tiro la codiciada ciudad, viró súbitamente hacia el sureste, tomando Mirbeu, y dirigiéndose hacia Saint Jaine de Loisne, para desesperación de Olivares, que veía en ello una nueva ruptura a los compromisos adquiridos con el emperador. Es probable que Gallas buscase un sitio propicio donde acuartelarse para pasar el invierno, en previsión de tener que regresar a Alemania rápidamente, ya que los suecos habían derrotado al ejército imperial de Melchior von Hatzfeldt en Wittstock, Brandeburgo, el 4 de octubre. 

Antes de invernar Gallas puso bajo asedio Saint Jean de Loisne a finales de octubre, pero abandonó la empresa el 3 de noviembre tras tener unas pérdidas de 800 hombres y la llegada de un refuerzo a cargo de Josías von Rantzau. La actitud del general imperial era incomprensible ya que gozaba de superioridad numérica suficiente para rechazar el socorro y tomar aquella plaza, según los informes de los españoles. El Cardenal Infante escribía a su hermano el rey que había que "escarmentar de los alemanes, que tan mal han cumplido lo que han asentado y, particularmente, Gallas. Después de muchas protestas que todos le hicimos, entró en Francia como cumplimiento pues no estuvo más de 8 días y luego se retiró a Borgoña con pérdida de gente, artillería, bagajes y mucha reputación".

La defección de Gallas es aún más reprochable si tenemos en cuenta que a mediados de octubre un ejército español atacó el sur de Francia avanzando desde Guipúzcoa y Navarra, e invadió la provincia francesa de Labort. La operación había sido planificada en agosto, cuando a la corte de Madrid llegaron las noticias de la invasión del norte de Francia por el Ejército de Flandes lo que, junto al esperado avance de Gallas por el este, llevaría al reino de Luis XIII a abandonar la guerra. La empresa se le encargó a Francisco de Irazábal, marqués de Valparaíso, y virrey y capitán general de Navarra, asistido por los maestres de campo Gaspar de Carvajal y Diego de Isasi, y por Alonso de Idiáquez, quien estaba a cargo de las operaciones navales. El ejército estaba compuesto por casi 12.000 infantes y 300 caballos y en su rápido avance tomó las plazas de Hendaya, San Juan de Luz y Ziburu, para finalmente caer sobre Socoa en un asalto que se llevaría a cabo tanto por tierra como por mar. Todo esto sucedía a la vez que los franceses retomaron la plaza de Corbie, el 9 de noviembre, tras mes y medio de asedio.

Finalmente, y conociendo el regreso del Cardenal Infante a Bruselas, la retirada del ejército de Gallas, y la organización de un ejército francés de 12.000 hombres en Burdeos, el marqués de Valparaíso optó por una prudente retirada a las bases desde las que había partido el ejército, quedando la invasión del sur de Francia más bien en una expedición de castigo. Valparaíso entró en Pamplona al frente de sus tropas el día de Navidad, recibiéndose en la Corte las noticias de su expedición con gran entusiasmo, principalmente por parte de Olivares, quien se centró en la planificación de la campaña de 1637 contra Francia, que incluía un ataque coordinado desde tres frentes: España por el sur, Flandes por el norte, y Milán por el este. De hecho, Madrid rechazó una oferta de paz secreta realizada por Luis XIII y Richelieu a través del Papa Urbano VIII, ya que entendía que tenía una posición de fuerza sobre su vecino del norte, y exigía, para tomarla en consideración, que se hiciese pública y una compensación. 

Sin duda, desde Madrid no se entendió bien lo que había ocurrido en 1636. La interpretación que se hizo, simplista a todas luces, era que dos ataques improvisados, sin coordinación entre sí, habían tenido unos resultados sorprendentes por lo que, una campaña bien planificada propiciaría la conquista de todos los objetivos que se fijasen. Madrid no tuvo en cuenta dos factores fundamentales: en primer lugar, la capacidad de Francia para reponer pérdidas y movilizar grandes ejércitos en muy poco espacio de tiempo; y en segundo lugar, la falta de una política militar y diplomática común entre España y el Imperio. Y es que, como se pudo comprobar en el año de Corbie, sin esa colaboración, se antojaba muy complicado doblegar a Francia. Pero no solo existía el peligro de Francia; los holandeses seguían proporcionando importantes subsidios de guerra los protestantes alemanes, y su colaboración indirecta con ellos nunca fue entendida por el Imperio. 

La rama austriaca de los Habsburgo siempre entendió el problema de los rebeldes holandeses como un problema español y, salvo el envío de las fuerzas de Piccolomini en 1635 tras la derrota sajona en Chemnitz, la colaboración imperial nunca se dio en este vital escenario, demostrando la falta de visión global del emperador. Franceses, holandeses, suecos y protestantes alemanes funcionaron, en mayor o menor medida, como un conjunto coordinado de fuerzas, de ahí sus éxitos, principalmente a partir de la crisis de la Monarquía Española de 1640, con las sublevaciones de Cataluña y Portugal, y la muerte del Cardenal Infante en 1641. Sin una estrategia común, era evidente que la Casa de Austria no podría seguir manteniendo la hegemonía en Europa. 

Cruce del ejército hispánico del Somme por Cerisy. Pieter Snayers


Bibliografía: 

-El sitio de la villa de Dole, capital del Franco Condado de Borgoña y su feliz liberación (Jean Boyvin)

-La guerra de los Diez Años. 1634-1644 (Gerard Louis)

-Memorias de Henri de Campion (Henri de Campion)

-Diez años de historia del Franco Condado de Borgoña (Jean Girardot de Nozeroy)

-Olivares, el Cardenal Infante y la estrategia de España en los Países Bajos. 1635-1643 (Jonathan Israel)

-Opciones estratégicas de la Monarquía Española a comienzos de la guerra contra Francia. 1636-1638: la propuesta de Marco Antonio Gandolfo (Agustín Jiménez Moreno)

-Hacia el cambio de la hegemonía. La Monarquía Hispánica y el Imperio entre Nördlingen y Corbie. 1634-1636 (Fernando Negredo del Cerro)


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Etiquetas

Achilles (1) Agustín de Cepeda (1) Agustín íñiguez (3) Aldringer (6) Alejandro Arroyo (1) Alejandro Farnesio (21) Alejandro O'Reilly (1) Alexander (1) Alfonso de Ávalos (2) Alí Bajá (1) Almagro (1) Alonso de Alvarado (1) Alonso de Bazán (3) Alonso de Córdoba (1) Alonso de Pimentel y Zúñiga (1) Alonso de Sotomayor (1) Alonso Martín (1) Alonso Pita da Veiga (2) Alonso Vázquez (1) Álvar Núñez Cabeza de Vaca (1) Álvaro de Bazán (11) Álvaro de Quiñones (1) Álvaro de Sande (7) Ambrosio de Spínola (17) Anastagi (1) Andrea Cantelmo (2) Andrea Doria (9) Andrés de Urdaneta (3) Anhalt (1) Antonio Barceló (1) Antonio de Leyva (5) Antonio de Montesinos (1) Antonio de Oquendo (5) Antonio Salgado (1) Arcabucero (2) archiduque Alberto de Austria (7) Armada (1) Armamento (1) Aumont (1) aztecas (1) Balanzón (2) Barbarroja (2) Bartolomé de las Casas (1) Batallas (75) Batallas Navales (26) Beltrán de la Cueva (1) Bergh (5) Bernardino de Avellaneda (1) Bernardino de Mendoza (7) Bernardo de Gálvez (2) Blas de Lezo (1) Boabdil (1) Brunswick (6) Bucquoy (6) Calmecahua (1) Camino Español (9) Campañas de Farnesio en Flandes (2) Campañas de Osuna en Sicilia (3) Campañas de Spínola en Flandes (6) Campañas del marqués de Leganés en Milán (3) Capitana (1) Cardenal Cisneros (1) Cardenal Infante (15) Carlo della Gata (3) Carlos Coloma (6) Carlos de Ibarra (2) Carlos de Lannoy (3) Carlos I (28) Carlos II (2) Carlos III (5) Carlos IV (1) Carlos Padilla (1) Carlos V (15) Carlos VII (1) Carlos VIII (1) Castel-Rodrigo (2) César Borgia (1) Churruca (1) Cisneros (1) Collalto (1) Colloredo (4) conde de Anholt (1) Conde de Bayolo (1) conde de Brouay (1) conde de Floridablanca (2) Conde de Fuenclara (1) conde de Fuensaldaña (1) conde de Fuentes (2) Conde de Leicester (1) conde de Marsin (1) conde de Monterrey (1) Conde de Oñate (2) Conde de Paniguerola (3) conde de Peñalva (1) conde de Tilly (6) conde de Vimioso (1) Conde-duque de Olivares (13) Conquistadores (9) Corneille Joll (1) Coselete (1) Cosme Álvarez (1) Crequi (1) Cristian IV (1) Cristóbal Colón (2) Cristóbal de Eraso (2) Cristóbal de Mondragón (21) Cristóbal de Olid (1) Cristóbal Lechuga (3) Cromwell (1) D'Allegre (1) De Court (1) Díaz de Pineda (1) Diego Brochero (1) Diego Colón (3) Diego Dávila (1) Diego de Almagro (1) Diego de Mendoza (1) Diego de Quiñones (1) Diego García de Paredes (3) Dragut Reis (1) Drake (5) Duque de Alba (33) Duque de Alburquerque (6) Duque de Cléveris (1) Duque de Enghien (4) Duque de Feria (4) Duque de Guisa (2) Duque de Lerma (3) duque de Lorena (4) Duque de Medina Sidonia (1) Duque de Osuna (5) duque de Saboya (4) Duque de Urbino (1) Edward Vernon (1) Egmont (5) El Gran Capitán (13) El Gran Condé (4) El Gran Duque de Alba (3) Enrique II (2) Enrique III de Valois (1) Enrique IV (2) Enrique Olivares (1) Enrique VIII (5) Ernesto de Mansfeld (10) Escaño (1) España en la Guerra de los 30 años (17) Fadrique Álvarez de Toledo (3) Fadrique de Toledo (4) Federico el Palatino (6) Federico Enrique (1) Felipe de Silva (2) Felipe el Hermoso (1) Felipe II (43) Felipe III (18) Felipe IV (22) Felipe Strozzi (2) Felipe V (3) Fernández de Córdoba (10) Fernández de Enciso (1) Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel (1) Fernando de Andrade (2) Fernando de Magallanes (2) Fernando el Católico (9) Fernando Girón de Salcedo (1) Fernando I (1) Fernando VI (1) Fernando VII (1) Ferrante Gonzaga (3) Ferrante Limonti (1) Filiberto de Saboya (1) Franc (1) Francisco Coloma (1) Francisco de Acevedo (1) Francisco de Bobadilla (7) Francisco de Ibarra (2) Francisco de Medina (1) Francisco de Melo (7) Francisco de Mendoza (2) Francisco de Meneses (1) Francisco de Orellana (2) Francisco de Quevedo (1) Francisco de Rivera (3) Francisco de Saavedra (1) Francisco de Sarmiento (5) Francisco de Valdés (3) Francisco de Vallecilla (1) Francisco de Zanoguera (1) Francisco I (8) Francisco Menéndez (1) Francisco Pizarro (3) Francisco Sforza (1) Francisco Valdés (1) Francisco Verdugo (8) Francisco Vivero (1) Fray Gaspar de Carbajal (1) Galeón de Manila (2) Galveston (1) Gambacorta (6) García de Toledo (5) Garcíes (1) Garcilaso de la Vega (1) Gaspar de Toralto (3) Georg von Frundsberg (6) George Clifford (1) George Pocock (1) George Walker (1) George Washington (1) Glorioso (1) Gonzalo de Bracamonte (6) Gonzalo de Córdoba (1) Gonzalo de Ronquillo (1) Gonzalo Pizarro (2) Gran Sitio de Malta (3) Grande y Felicísima Armada (3) Gravina (1) Guardas de Castilla (1) Guébriant (2) Guerra anglo-española (6) Guerra de Colonia (1) Guerra de Devolución (2) Guerra de Esmalcalda (2) Guerra de Independencia norteamericana (2) Guerra de la Valtelina (1) Guerra de los 30 años (26) Guerra de los 7 años (2) Guerra de los 80 años (36) Guerra de Nápoles (5) Guerra del Arauco (1) Guerra del Asiento (4) Guerra del Monferrato (2) Guerra del Palatinado (6) Guerras Italianas (11) Guerreros (26) Guillermo de Orange (21) Guillermo Verdugo (5) Gustavo Adolfo (3) Gutierre de Cetina (1) Gutiérrez de Otero (1) Hasán Bajá (1) Hatzfeldt (3) Hawkins (1) Hernán Cortés (2) Hernando Colón (1) Hernando de Acosta (2) Hernando de Toledo (2) Herreruelo (1) Holac (2) Horn (9) Hugh O´Donnell (1) Hugh O´Neill (2) Hugo de Cardona (2) Hugo de Moncada (1) Idiáquez (3) Inés de Ben (1) Infantería de Marina (1) Isabel Clara Eugenia (3) Isabel de Avis (1) Isabel I (9) Isabel la Católica (3) Isemburg (7) Jacinto Vera (1) Jacobo I (1) Jean de Beck (6) Jean de la Valette (3) Jeireddín Barbarroja (2) Jenkins (1) Jerónimo Agustín (2) Jervis (3) John Montagu (1) John Norreys (8) José de Córdoba (1) José de Irazábal (1) José de Mazarredo (3) José de Urrutia (1) Juan Andrea Doria (1) Juan Bravo de Laguna (3) Juan Cerbellón (4) Juan de Austria (6) Juan de Cardona (2) Juan de la Cerda (1) Juan de la Cosa (1) Juan de Lezcano (4) Juan de Oznayo (1) Juan de Prado Malleza (1) Juan de Urbieta (1) Juan de Vivero (1) Juan del Águila (7) Juan Díaz de Solís (1) Juan Gutiérrez de Garibay (1) Juan II de Aragón (1) Juan II de Castilla (1) Juan II de Portugal (1) Juan José de Austria (2) Juan José Navarro (1) Juan Martín de Recalde (2) Juan Pablo de Carrión (1) Juan Pacheco (1) Juan Pérez de Azcue (1) Juan Pérez de Peralta (1) Juan Ronquillo (1) Juan Sebastián Elcano (2) Juan Varela (1) Juan Vázquez Coronado (1) Juana de Castilla (1) Juana la Beltraneja (1) Julián Romero (15) Justino de Nassau (2) La Ferté (1) La Meilleraye (1) La Mothe (3) Lala Mustafá (1) Lamboy (2) Lautrec (1) Lázaro de Eguiguren (1) León Fandiño (1) Lepanto (1) Lestock (1) Leyenda Negra (1) Leyes de Burgos (1) Liga de Esmalcalda (6) Liga Santa (2) Lope de Figueroa (11) Lope de Hoces (1) Lope de Vega (1) López de Acuña (1) Lorenzo Ugalde de Orellana (1) Luis de Armagnac (4) Luis de Carvajal (1) Luis de Córdova (1) Luis de Nassau (4) Luis de Requesens (8) Luis de Velasco (1) Luis Fajardo (2) Luis Vicente de Velasco (1) Luis XIII (8) Luis XIV (5) Luis XV (1) Maarten Schenck (2) Maarten Tromp (1) Mansfeld (2) Manuel de Montiano (1) Manuel Filiberto (3) Manuel Ponce de Léon (1) Marcos Aramburu (1) Margarita de Parma (3) María de Estrada (1) María Pita (1) María Tudor (1) Marlborough (2) marqués de Aytona (1) Marqués de Caracena (3) marqués de Hinojosa (1) Marqués de Leganés (9) marqués de los Vélez (1) Marqués de Mortara (4) Marqués de Pescara (4) Marqués de Torrecuso (11) Marqués de Villafranca (2) Marqués del Vasto (12) Marradas (3) Martín de Aragón (2) Martín de Córdoba (1) Martín de Eguiluz (1) Martín de Idiáquez (3) Martín de Padilla (1) Martín Zamudio (1) Mathews (1) Matías de Alburquerque (1) Matthew Buckle (1) Matthias Gallas (10) Mauricio de Nassau (7) Maximiliano de Egmont (1) Mazarino (4) Melchor de Robles (3) Mercader (1) Mercedes (1) Mercy (2) Miguel de Ambulodi (1) Miguel de la Horna (2) Miguel de Oquendo (2) Miguel López de Legazpi (2) Moctezuma (1) monte Aldabe (1) Montmorency (1) Mosquetero (2) Mustafá Bajá (1) Namur (1) Napoleón (1) Nelson (2) Octavio de Aragón (1) Oglethorpe (1) Orden de Malta (4) Orden de Santiago (6) Ordenanzas (1) Pánfilo de Narváez (2) Pappenheim (4) Paz de Cateu-Cambrésis (2) Pedro de Alvarado (2) Pedro de La Gasca (1) Pedro de Paz (1) Pedro de Toledo (1) Pedro de Ursúa (1) Pedro de Valdivia (1) Pedro de Zubiaur (1) Pedro Ernesto de Mansfeld (5) Pedro González de Castejón (1) Pedro Mesía de la Cerda (1) Pedro Navarro (2) Pedro Téllez de Guzmán (1) Pialí Bajá (2) Piccolomini (10) Pío V (1) Piquero (2) Pompeo Giustiniano (5) Príncipe de Carignano (1) príncipe de Condé (6) Príncipe de Ligné (2) Prior de Crato (7) Próspero Colonna (6) Rantzau (4) Real Felipe (1) Reyes Católicos (12) Richard Greenville (1) Richelieu (11) Rodrigo de Orozco (2) Rowley (1) Rui Faleiro (1) San Fulgencio (1) San Giuseppe (1) San Ildefonso (1) Sancho Dávila (13) Sancho de Londoño (8) Sancho de Luna (2) Santísima Trinidad (1) Sebastián de Benalcázar (1) Sebastián López (1) señor de Aubigny (2) Sirot (1) Sitio de Malta (1) Socorro de Irlanda (2) Solimán (3) Spielbergen (1) Tassis (5) Taupadel (1) Tay Fusa (1) Tercio de Ávila (2) Tercio de Cárdenas (1) Tercio de Castelnuovo (2) Tercio de Cerdeña (7) Tercio de Fuenclara (1) Tercio de Galeras (1) Tercio de Lombardía (10) Tercio de Lope de Figueroa (2) Tercio de Nápoles (7) Tercio de Saboya (5) Tercio de Sicilia (11) Tercio de Toralto (1) Tercio de Valdés (1) Tercio de Zamora (1) Tercios (10) Tercios Embarcados (1) Tercios Viejos (6) Teseus (1) Thermes (1) Thomas Howard (1) tlaxcaltecas (1) Toisón de Oro (2) Torquemada (1) Torstensson (1) Tratado de Aranjuez (1) Tratado de París (1) Turco (1) Turenne (4) Tuttlingen (1) Ulij Alí (1) Unión de Arras (3) Unión de Utrecht (3) Vasco de Gama (1) Vasco Núñez de Balboa (1) Velandia (2) Viaje del Cardenal Infante (3) Vicente Gonzaga (1) Vicente González-Valor (1) Vicente Yáñez Pinzón (3) vizconde de Turenne (1) Wallenstein (5) Werth (5) William Monson (1) William Penn (1)