El 27 de diciembre de 1512 el rey de España, Fernando "El Católico", firmaba en la ciudad de Burgos unas pioneras leyes, creadas por una comisión de expertos juristas y teólogos, que organizaban la conquista del Nuevo Mundo y sobre todo, desarrollaban el primer cuerpo jurídico donde se otorgaban derechos a los indios.
Casi 20 años habían pasado ya desde que la expedición dirigida por Cristóbal Colón llegase al Nuevo Mundo, y los españoles se habían extendido por las islas del Caribe, las selvas de Colombia y Panamá, y exploraban hacia el norte la costa mexicana. El descubrimiento de tierras llevaba consigo la necesidad de repoblarlas y sobre todo, de cultivarlas y trabajarlas. Y es que los españoles no habían ido hasta allí a buscar puertos comerciales, como hacían los portugueses, y más adelante los franceses, ingleses u holandeses; los españoles iban a trasplantar España al Nuevo Mundo.
Casi desde el inicio de los viajes a América, en los barcos españoles no solo viajaban hombres, también lo hacían mujeres y familias enteras. A comienzos del nuevo siglo la esclavitud de los indios había sido prohibida, bajo pena de muerte, por la reina Isabel. A los colonos que se establecían en tierras americanas se les asignaba una parcela de terreno y una serie de indios para trabajarlo, los cuales entregaban un tributo fijo, bien fuera en alimentos o minerales, y a cambio los españoles debían darles asistencia, protección y trato justo; esto se llamaba encomienda.