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La Gran Carrera del Glorioso


El 25 de julio del año 1747 el "Glorioso", un navío español que se dirigía a las costas gallegas, empezaba el primero de una serie de combates contra la armada inglesa que le haría ganar la admiración y el respeto tanto de los españoles como de sus enemigos. 

La construcción del "Glorioso" fue encargada en 1738, y fue botado en el año 1740 en los astilleros de La Habana bajo el nombre de "San Ignacio de Loyola", junto al "Invencible" y al "Bizarro". Era un navío de línea de 70 cañones del estilo Gaztañeta, más grande y robusto que los navíos que en aquella época construían tanto ingleses como franceses, pero menos rápido y más difícil de maniobrar. Contaba con 2 puentes desde donde asomaban sus cañones de 24, 18 y 8 libras.

En el año 1747, dentro del marco de la Guerra del Asiento, el "Glorioso" zarpaba de La Habana en primavera con un cargamento de suma importancia para los intereses de España: 4 millones de pesos de plata. El buque era comandado por Pedro Mesía de la Cerda, un experimentado marino cordobés que había participado ya en multitud de batallas, entre ellas la del Cabo Passaro, la del Cabo de San Vicente o las de la recuperación de Orán y Mazalquivir en 1732.


Ya como capitán de navío, de la Cerda navegaba rumbo a España para entregar la valiosa carga cuando el 25 de julio, a la altura de las islas Azores, se topaba con un convoy británico. El problema era que escoltándolo iban también 3 buques de guerra: el navío "Warwick", de 60 cañones; la fragata "Lark", de 40, y un buque menor de 20 piezas de artillería, además de un barco de transporte de tropas. Comandando el convoy iba el comodoro Crookshanks, quien dio la orden al navío y la fragata de apresar el buque español.

La "Lark", más rápida y marinera, alcanzó al "Glorioso" al poco de caer la noche y pronto se batía con el buque español. Mesía mandó abrir fuego y al poco los ingleses debieron retirarse con la arboladura destrozada y varias vías en el casco. No tardaría en hundirse. El "Warwick", al que le había dado tiempo a alcanzar al navío español, estaba listo para el combate. Mesía no se arredró y, a pesar de que podía haber puesto pies en polvorosa, decidió virar en redondo manteniendo el barlovento y a la altura del costado del navío inglés, aprovechando la oscuridad, descargó toda la artillería y mosquetería de babor, repitiendo la maniobra nuevamente.

Eran las 3 de la mañana cuando el capitán del "Warwick", Erksine, decidió retirarse con su buque seriamente dañado. La victoria española había sido aplastante y el comodoro Crookshanks sería expulsado de la marina británica tras un tenso consejo de guerra. Los españoles contaban 9 muertos y 37 heridos y, tras unas cuantas reparaciones, continuaron su marcha hacia Finisterre.

El 14 de agosto avistaron las costas españolas, pero los británicos estaban de nuevo al acecho. Una escuadra de la flota británica del almirante John Byng, compuesta por 1 navío de 60 cañones, el "Oxford", y 2 fragatas, la "Sorehan" y la "Falcon", se lanzó a por la presa española. Mesía ordenó prepararse para el combate. Las fragatas se colocaron a barlovento del "Glorioso", mientras que el navío lo hizo a sotavento. Mesía no perdió el tiempo y viró ganándole el barlovento al "Oxford" para comenzar a descargar su fuego sobre él. Tras 3 horas de combates los ingleses tenían que abandonar el combate con sus buques gravemente dañados.

Otra victoria más de los españoles que conseguían arribar al puerto de Corcubión el 16 de agosto. Esta vez contaban 5 muertos y 40 heridos más, pero habían causado estragos a una flota superior y logrado poner a salvo la preciada carga. Ahora, con unas pequeñas reparaciones se dirigiría al Ferrol, puerto más grande y donde terminar los arreglos que necesitaba su buque. Mesía solicitó más munición, pero ésta le fue denegada ya que Ferrol no estaba lejos. Por su parte, los comandantes británicos fueron sometidos a consejo de guerra, al igual que el comodoro Crookshanks, aunque con dispar resultado.

El día 14 de octubre, al poco de hacerse a la mar, Mesía se percató de que con las averías no sería capaz de seguir rumbo norte debido a las fuertes vientos, por lo que resolvió dirigirse a Cádiz. 3 días más tarde los españoles avistaron 10 velas enemigas. A la vanguardia de la formación iban las fragatas "King George" y "Prince Frederick". Más atrás, las fragatas "Prince George", "Duke", "Princess Amelia" y "Edward Tender". Los 6 buques eran conocidos con el sobrenombre de la "Royal Family", y al mando de la escuadra corsaria estaba el comodoro George Walker.

A última hora de la tarde, el "King George", buque insignia de Walker, llegó a distancia de disparo, pero el navío español lo recibió con una salva que batió su palo mayor. A las 2 horas los daños de la fragata eran terribles y contaba 8 muertos y decenas de heridos. La situación hubiera sido peor de no haber aparecido la "Prince Frederick" y la "Duke" al rescate. Mesía mandó abrir fuego sobre la primera fragata británica, causándola 3 bajas y varios desperfectos menores. A pesar de esto, el capitán español no consideró prudente exponer más su maltrecho buque y, tras unas cuantas salvas más, ordenó alejarse y seguir hacia Cádiz.

Otra escuadra, con el navío de 3 puentes "Russell" y 2 fragatas, se dirigían desde el sur para intentar dar caza al "Glorioso" al día siguiente. Mesía cambió de rumbo y a mediodía se topó con el navío británico "Darmouth", de 50 cañones y capitaneado por John Hamilton, que también andaba en persecución de los españoles. Hamilton abrió fuego con sus cañones de proa, pero Mesía pronto viró para situarse a su costado y empezar el intercambio de fuego. Al cabo de 3 horas de duro combate, un proyectil español voló la santabárbara del "Darmouth". El navío se hundió inmediatamente y con él casi 300 hombres, logrando salvarse tan solo 14.

El "Glorioso" había salido victorioso de su cuarto enfrentamiento pero el estado del navío era preocupante. Ahora tocaba realizar reparaciones y tratar de ganar velocidad para salir de aquella persecución. Continuaron la marcha durante el resto del día, mientras la tripulación parcheaba como podía los terribles daños cuando, al poco de pasar la medianoche, Mesía pudo avistar en el horizonte 4 velas inglesas. Se trataba del navío "Russell", de 80 cañones, y de 3 de las fragatas del comodoro Walker. No había otra opción que combatir hasta el final.

Una hora después el "Glorioso" tenía a barlovento al "Russell" y a distancia segura a las fragatas británicas. El intercambio de fuego se extendió a lo largo de toda la noche en lo que tuvo que ser un auténtico infierno. A eso de las 10 de la mañana del día 19 de octubre, el "Glorioso", con el aparejo destruido, multitud de vías de agua y la bodega inundada, con la munición agotada y 33 muertos y 130 heridos, se rindió a los británicos.

Para sorpresa de Mesía, el capitán del "Russell", Matthew Buckle, le informó de que había estado a punto de retirarse del combate, ya que los daños que presentaba el navío inglés eran enormes. De no habérsele negado la munición en Concurbión, hubiera sido posible una quinta victoria sobre la armada británica. Los impresionados ingleses dispensaron un cortés trato a los vencidos, siendo el capitán español agasajado y homenajeado tanto por Buckle como por Walker, quien dejaría escrito tras el combate que: "nunca los españoles, y nadie en realidad, han luchado mejor con un barco que lo hicieron ellos".

El "Glorioso", completamente destrozado, fue remolcado con grandes dificultades a Lisboa y de allí, tras una ardua remodelación que duró casi 8 meses, fue llevado a Inglaterra. Pedro Mesía, una vez liberado, fue ascendido a jefe de escuadra y más tarde a teniente general, llegando a ser virrey de Nueva Granada. Moriría en Madrid en 1783. Matthew Buckle llegó al cargo de almirante y murió en 1784 tras una brillante carrera en la armada inglesa. Las bajas españolas ascendieron a un total de 44 muertos y 173 heridos. Por la parte británica se contaron 433 muertos, 352 heridos, el navío "Darmouth" y la fragata "Lark" hundidos, y varios buques gravemente dañados.

El Glorioso vira en Finisterre

El Glorioso se bate con el Darmouth

El final del Glorioso

Pedro Mesía de la Cerda

Capitán Matthew Buckle

Comodoro George Walker



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