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Los Tercios: Tercios Embarcados. Orígenes


Antecedentes históricos.

Los soldados en la marina ya existían en la Edad Media en Castilla y Aragón; pero esto ni mucho menos era una novedad, ya que tanto egipcios, como griegos, persas o romanos, por poner algunos ejemplos, venían empleando este tipo de unidades militares y construyendo las embarcaciones más idóneas para transportarlas. Estos hombres eran contratados de forma temporal para alguna jornada o empresa concreta y se les licenciaba al finalizar esta.

En España el antecedente histórico más lejano se atestigua en Las Partidas del rey castellano Alfonso X: "et sobresalientes llaman otrosi a los hombres que son puestos además en los navíos, así como los ballesteros y otros hombres de armas... no han de facer otros oficios sino defender a los que fueren en su navío lidiando con sus enemigos". Es decir, los sobresalientes eran soldados embarcados cuya única función era el combate, pero no se constituían como un ejército permanente, sino que eran reclutados individualmente cuando las circunstancias lo reclamaban.

Además debían ser "esforzados, recios et ligeros lo más que ellos pudiesen, et cuanto más usados fuesen de la mar, tanto será mejor", es decir, hombres que tenían relación con las armas, experiencias en combate, sobre todo pequeñas incursiones en costas enemigas y defensa y ataque de buques. En la costa del Cantábrico se podían reclutar algunos de los mejores hombres para este tipo de misiones, gentes curtidas en el mar y sus inclemencias.

Naves cántabras, en la batalla de la Rochelle


Pero la infantería de armada tiene su origen realmente en la necesidad de defender los ricos cargamentos que desde el nuevo mundo llegaban a la península. Por eso, desde los Reyes Católicos, se puso todo el empeño en impulsar una fuerza que lograra disuadir y en su caso impedir que aquellos tesoros acabasen en manos de piratas, corsarios, u otros enemigos de España, aunque no será hasta el siglo XVI cuando veamos una fuerza de carácter permanente destinada única y exclusivamente a la protección de la armada.

La España de los Reyes Católicos era habitada por unos 9 millones de personas, de los que aproximadamente 70.000 formaban parte de los ejércitos que existían en el reino. Las principales unidades militares que existían en la España de finales del siglo XV eran: las Guardas Reales, que eran fuerzas de caballería, principalmente pesada, de carácter permanente. También existían la Caballería de Vasallos, una fuerza de caballos que podía ser movilizada en tiempos de guerra y que, al igual que las Guardas Reales, estaban costeadas por la monarquía española.

Al margen de las tropas que directamente dependían de los Reyes Católicos, se encontraban los ejércitos señoriales, fuerzas que dependían de los nobles de la época, las milicias de los Concejos o las fuerzas de la Hermandad. Además de infantería y caballería, en España existían fuerzas de artillería repartidas por toda la geografía y una Armada Real de la Guarda del Reino de Granada.

Armadas del siglo XVI en España.

Esta Armada Real, creada de manera permanente en 1492 y costeada por los propios reyes, tenía su origen en la guerra de Granada y estaba compuesta por 20 compañías que a su vez formaban una coronelía, promovida por Gonzalo de Ayora, cronista oficial de Isabel la Católica, y militar destacado que promovió las Ordenanzas de 1503 sobre la creación de fuerzas permanentes. La labor principal de esta armada durante la guerra fue la de prestar apoyo a las fuerzas terrestres y asegurar el control de la costa para evitar que los musulmanes pudieran recibir ayuda del norte de África.

Con el comienzo del siglo XVI aparecieron otras dos fuerzas navales más, constituidas fundamentalmente con galeras y unidades de infantería. Eran la Armada de Sicilia, creada en el año 1500 y costeada por los Reyes Católicos, desempeñaba labores de vigilancia y protección del Mediterráneo occidental y las costas del sur de Italia. Y la Armada de Nápoles, cuya creación oficial no fue hasta 1535, pero que ya operaba décadas antes en las costas del Reino de Nápoles y que contaba además con unas fuerzas de infantería conocidas como Compañías Viejas del Mar de Nápoles, consideradas la raíz de la infantería de marina, como asevera Magdalena de Pazzis en su obra Tercios de Mar. Además de estas fuerzas existían también pequeñas escuadras de carácter regional así como una pequeña flota perteneciente a la Orden de Santiago.

Galera en combate

Las guerras italianas supusieron un buen teatro de operaciones para las fuerzas navales españolas, y se sacaron conclusiones que serían de mucho provecho para el futuro. Para estas guerras la armada se puso bajo el mando del Almirante del Reino de Aragón, Galcerán de Requesens, nombrado capitán general de la armada por Fernando el Católico en 1494, mientras que el ejército lo comandaba, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán

A raíz de las Ordenanzas de 1503 los ejércitos españoles quedaron desplegados en lugares estratégicos en función de las amenazas que en aquel entonces tenía España. Ya en 1493 se habían creado unas fuerzas que se denominarían Guardas de Castilla, y constarían de algo más de 2.500 hombres distribuidos en 25 compañías que se desplegarán por Castilla la Vieja, Andalucía y el Rosellón. Cada compañía disponía asimismo de una fuerza artillera, más o menos numerosa en función de la transcendencia de la posición a guardar. Además existían fuerzas de caballería en las costas y unas unidades de reserva y apoyo proporcionadas por Aragón.

Por tanto a los Reyes Católicos les debemos las primeras fuerzas reales al servicio de España, acabando así con la dependencia que hasta entonces los reyes tenían de los ejércitos levantados por la nobleza o las órdenes militares. La reorganización que hizo el cardenal Cisneros de los fuerzas españolas llevó a la distinción entre el ejército y la armada. Ésta, al comienzo de la Edad Moderna, se estructuraba en escuadras, algunas de carácter permanente, aunque la mayor parte eran de carácter eventual ante alguna amenaza puntual y concreta. De esta forma la armada que se va a desarrollar a lo largo del siglo XVI estará compuesta de las siguientes flotas:

  -Armada Real de la Guarda del Reino de Granada

Creada durante la Guerra de Granada en 1492, esta fuerza se componía de 20 compañías distribuidas entre los distintos buques que formaban dicha armada. Tras la toma de Granada a la Armada Real se le asignó la misión de vigilar las costas del Mediterráneo español, en ese momento asoladas por los ataques de la piratería y de las escuadras berberiscas, a las que combatió durante 3 décadas hasta su casi completa aniquilación en los combates navales en Formentera, incorporándose los buques supervivientes a la Armada de Galeras en 1535.

  -Armada de Galeras

Se creó en 1528 ante la necesidad de España de disponer de una flota de galeras que fuese capaz de hacer frente a las amenazas que se cernían sobre el reino. Cuando Carlos I subió al trono español no se contaba más que con apenas una veintena de galeras, mientras que la flota turca contaba con más de 200 o la veneciana disponía, en 1530, de unas 100. De esta forma se suscribieron asientos con el Almirante de Castilla, Álvaro de Bazán el viejo, con Andrea Doria o con Rodrigo de Portuondo, poniendo a disposición de España sus galeras. En muchas ocasiones Carlos debió emplear las flotas de galeras de aliados como Saboya, Génova, Florencia o Malta.

Esta armada fue empleada en la protección y vigilancia del Mediterráneo occidental y del Estrecho de Gibraltar, y de las posesiones españolas en Italia. Estas galeras también cumplieron funciones de apoyo de la Armada de la Guardia de la Carrera de Indias y de la Armada de la Mar Océano en las aguas próximas a la península.

Combate naval entre galeras

Las galeras estaban impulsadas a remos, normalmente por galeotes, personas condenadas a remar en las galeras o enemigos que habían sido capturados, principalmente turcos. También disponían de 2 mástiles con velas latinas que ayudaban a impulsar el buque y mucha eslora en comparación con la manga, dándoles así una apariencia muy afilada y agresiva. Estos buques dominaron las aguas del Mediterráneo en los siglos XVI y XVII y la protección de éstas se encomendó a un tercio de infantería de armada llamado Tercio de Galeras de España, cuyo origen se encuentra en las Compañías Viejas del Mar de Nápoles. 

  -Armada de la Mar Océano

Creada a mediados del siglo XVI para la defensa y protección de las costas del Atlántico y el Cantábrico, también servía de escolta de la Armada de la Carrera de Indias en sus aproximaciones a la península, así como mantener el control sobre el Mar del Norte. Las fuerzas de infantería de esta armada, agrupadas en forma de tercios, solían llevar el nombre de su maestre de campo.

  -Armada de la Guardia de la Carrera de Indias

Surgida a consecuencia de las guerras libradas contra Francia y del incremento de la piratería a comienzos de la segunda década del siglo XVI, se creó como el primer sistema de convoyes de la historia para dar protección a la flota de barcos que comerciaban con el Nuevo Mundo. Primero se se encargaba de vigilar las zonas próximas a la costa española para después escoltar a los buques mercantes que realizaban la travesía, tanto de ida como de vuelta, a Tierra Firme y a Nueva España.

Esta armada contaba con una serie de compañías de infantería entre su dotación con la misión de proteger los galeones. Eran expertos en abordajes y en el manejo de las armas de fuego y el combate cuerpo a cuerpo. A partir de 1528 se van a consolidar como fuerza permanente, y se van a conocer como el Tercio de Galeones, que embarcaba con el resto de la tripulación, protegía los buques durante el viaje de ida, la estancia, el viaje de vuelta, aunque sus fuerzas se renovaban en cada nuevo viaje.

Origen de la Infantería de Marina. Los Tercios embarcados.

  -Tercio de Galeones o de la Armada de la Carrera de Indias

La campaña de Túnez, donde Carlos I combatió al frente sus tropas, supuso la demostración de la importancia las operaciones anfibias. A finales del 1536 se empezaron a organizar, ya que en junio de 1537 paría para Tierra Firme la primera Armada Real de la Guarda de la Carrera de Indias. Esta armada estaba compuesta por unos 1.400 hombres bajo el mando del general Blasco Núñez Vela. Estas fuerzas van a ir embarcadas en 12 buques de 120 toneladas y 2 carabelas de 80 toneladas, que son las que van a formar la Armada Real.

La cédula de 28 de enero de 1537 da instrucciones precisas sobre cómo el oro y la plata de las Indias debía reunirse en Santo Domingo, donde sería recogido por la Armada, debido a la amenaza de los corsarios franceses que pululaban por aquellas aguas y empezaban a ser un quebradero de cabeza para las autoridades españolas.

Galeones en combate

De esta forma se organiza el tercio para dar una eficaz protección y seguridad a los convoyes que llevaban el oro y la plata hasta España. La fuerza se va a poner bajo las órdenes de un capitán de infantería que va a hacer las veces de gobernador del ejército embarcado. Esta fuerza debía embarcar en un número suficiente de barcos de guerra de gran porte. Por ejemplo, para el primer viaje de esta nueva flota, bajo el mando de Blasco Núñez Vela, se destinarían 55 buques, incluidos los barcos mercantes.

Desde 1537 hasta mediados de siglo se van a destinar más de 6 galeones de la armada en cada viaje hacia las Indias en misiones de escolta. Los galeones serán de gran porte y embarcarán una compañía en la nave Capitana y otra en la Almiranta, yendo el resto de fuerzas en los demás buques. El número de buques de la armada que escoltarán la Carrera de Indias irá variando con el tiempo. Desde finales del siglo XVI hasta mediados del XVII el número de buques aumentará conforme aumentan los peligros y los enemigos de España.

  -Tercio Nuevo de la Mar de Nápoles

Sobre el origen de la infantería de marina hay numerosas versiones y bastante confusión al respecto. En manuales como Historia de la infantería de marina española, de Rivas Fabal, o en Compendio historial del Cuerpo de Infantería de Marina, de Rodríguez Delgado, se indica que el Tercio Nuevo de la Mar de Nápoles se creó el 27 de febrero de 1566, por orden de Felipe II. Este tercio se envió a Nápoles y el virrey lo incorporó a las Compañías Viejas de la Mar de Nápoles, siendo su primer maestre de campo Pedro Padilla y adquiriendo de esta forma la antigüedad de esta unidad que era del año 1537, perviviendo así la idea de que la Infantería de Marina española tiene como fecha de creación el 27 de febrero de 1537.

Las Compañías Viejas de la Mar de Nápoles fueron creadas por órdenes de Carlos I, para asegurar las galeras de forma permanente por soldados profesionales. Pero no eran unidades anfibias como tal, sino que quedaban al resguardo de las naves ya que eran fuerzas pequeñas, normalmente de unos 30-40 arcabuceros. Estas compañías no estaban en condiciones, por tanto, de constituir una fuerza de defensa y desembarco adecuada, como se demostró en el Gran Sitio de Malta, en donde las fuerzas españolas tardaron casi 4 meses en poner pie en tierra en Malta y socorrerla del ataque del Turco, aún teniendo conocimiento de la amenaza desde el invierno anterior, por lo que el Tercio Nuevo de la Mar de Nápoles se creó para solventar este problema.

Así, este Tercio, también llamado Tercio de Mar y Tierra, se va a constituir en una formidable fuerza de choque que va a servir para responder a cualquier amenaza de forma rápida y eficaz, con soldados cualificados y especialmente entrenados para el combate en el mar.

Tercios embarcados en combate 

  -Tercio de Armada o Tercio de Lope de Figueroa

Paralelamente al Tercio Nuevo de la Mar de Nápoles se creó en Cartagena el Tercio de Armada, cuya misión era "atender de forma permanente las necesidades de guarnición de las armadas de guerra" como afirma Rivas Rabal. La historiografía clásica suele atribuir a Lope de Figueroa ser el primer maestre de campo del Tercio de Armada, y que el tercio no estaba asignado a ninguna armada sino que constituía una fuerza de apoyo a los Tercios de Galeras y sobre todo de desembarco, siendo una fuerza anfibia.

Pero hay demasiadas dudas al respecto de estas afirmaciones, ya que en 1566, cuando se forma el Tercio de Armada, Lope de Figueroa aún era un capitán de infantería. Incluso en 1567 fue a Flandes como capitán de compañía del Tercio de Sicilia del célebre maestre de campo Julián Romero. De esta información se puede concluir que el Tercio de Lope de Figueroa no fue un tercio permanentemente vinculado a la armada, de hecho su vinculación fue con don Juan de Austria para las campañas que el general español y hermanastro del rey Felipe II, emprendió en el Mediterráneo; primero en Lepanto en 1571, luego en Navarino y Modón en 1572 y por último en Túnez en 1573.

Lope de Figueroa

Con la disolución de la Liga Santa el Tercio de Lope de Figueroa regresó a Sicilia y allí estuvo acantonado varios años, con la amenaza de ser reformado y sus hombres y oficiales repartidos por los tercios de Nápoles y Sicilia. Por fortuna esto no se llevó a cabo y el tercio fue mantenido como una fuerza de intervención rápida. Si bien los soldados del tercio van a pasar la mayor parte del tiempo en tierra, son hombres entrenados y curtidos en los combates navales, con buenos conocimientos marinos y de las galeras y los galeones en los que van a embarcar para las misiones que se les asigne.

En la Batalla de las Terceiras, en 1582, el Tercio de Lope de Figueroa se distinguiría notablemente a bordo del galeón San Mateo contra los franceses. Y un año después Felipe II ordenaba la ocupación de las Azores, para lo que se empleó nuevamente al Tercio de Figueroa, que desembarcó de manera brillante en una playa en la que se consideraba imposible desembarcar. De esta forma este tercio se empleó de manera constante en las galeras y galeones españoles, pero de ello no se puede desprender que constituyeran un cuerpo de infantería de marina exclusivamente, como sí lo sería el Tercio Nuevo de la Mar de Nápoles.

Galeón San Mateo en combate en las Terceiras

  -Tercio de Galeras de Sicilia

Por su parte del Tercio de Galeras de Sicilia se creó el 1 de septiembre de 1571, apenas un mes antes de combatir en la batalla de Lepanto. También hay mucha contradicción al respecto, pues algunos autores aseguran que ya en 1535 este tercio estaba organizado, pero la realidad es que no se trataba de un cuerpo fijo de infantería de marina propiamente dicho, sino que estaba compuesto por compañías del Tercio Fijo de Sicilia que embarcaban en las misiones asignadas, y lo hacían de manera temporal y no siempre tenían por qué ser las mismas unidades las que se enrolaban en la misión,

De esta forma los virreyes planificaban las campañas a realizar, normalmente en verano, y destinaba un número de soldados del Tercio Fijo a las galeras que iban a participar. Por lo tanto no existía diferencia alguna entre los soldados que iban a embarcar, en su mayor parte arcabuceros, y los que quedaban en tierra.

En cuanto a la composición en sus primeros tiempos, cabe destacar por el momento una breve reseña encontrada en la obra La organización de los estados Mediterráneos, de Olesa Muñido, en la que se refiere un informa que el rey Felipe II envió al virrey García de Toledo, indicando que en cada galera debían de ir "además de 40 arcabuceros, 30 picas, 24 alabardas y partesanas, 24 rodelas y 50 corazas".

Bibliografía:

-Tercios del Mar (Magdalena de Pazzis Pi Corrales)

-Sangre en el Mediterráneo. Los tercios en la defensa de Occidente (Jesús Lorente Liarte y Teresa Andrés Baquedano)

Galeras en combate durante la batalla de Lepanto





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