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Batalla del Estrecho de Gibraltar: Fadrique de Toledo contra la flota holandesa.


El 10 de agosto de 1621 una pequeña escuadra de 9 buques españoles bajo el mando de Fadrique de Toledo y Osorio derrotaba a una flota holandesa de más de una treintena de buques que regresaba de Venecia con un preciado cargamento con riquezas procedentes de oriente.  

Corría el verano del año 1621 y la Tregua de los Doce Años había llegado a su fin. Los holandeses buscaban reanudar la guerra, a pesar que el rey reconocía la soberanía de las Provincias Unidas con dicho tratado, y el conde-duque de Olivares se la puso en bandeja convenciendo de ello al nuevo rey Felipe IV. En su favor hay que destacar que los holandeses no respetaron la paz en el mar ni en las posesiones españolas en América o en el Extremo Oriente.

De tal forma que en España se buscó un golpe severo contra los intereses holandeses. El blanco elegido sería el comercio marítimo de las Provincias Unidas en el mar Mediterráneo. Había llegado información de los espías españoles en Venecia de que allí se concentraba una flota de más de una treintena de buques que estaban cargando valiosos productos y riquezas que habían llegado desde oriente. Venecia era abiertamente anti española y, aunque no se atrevía a una declaración de guerra, no dudaba en apoyar cuantos frente pudieran abrirse contras la Monarquía Hispánica, y aquel convoy era de vital importancia para sufragar los gastos a los que se enfrentaban los holandeses en la reanudación de la guerra contra España. 

Conquista de La Mamora


El 6 de agosto del año 1614 la flota española de Luis Fajardo y Chacón entraba en el puerto de La Mamora, en Marruecos, tras una brillante operación anfibia de los tercios que tenía como objetivo acabar con el que se había convertido en un peligroso nido de piratas moros, ingleses y holandeses. 

La plaza de La Mamora estaba situada entre Larache, cedida por Mohammed esh-Sheick el-Mamun a España en 1610, y la ciudad de Salé, en la costa atlántica de Marruecos. Estaba apenas a una jornada de distancia de Rabat y se emplazaba en la desembocadura del río Sebú, ofreciendo una magnífica posición defensiva que la convertía en un enclave de vital importancia dada su situación estratégica. Por todo esto se había convertido en un nido de piratas que abordaban los buques que hacían la rutas de las Indias y de América, y provocaban el pánico en las poblaciones de la costa atlántica del sur de Portugal y de España. 

Era un puerto extremadamente complicado de tomar desde el mar, ya que disponía de una barrera marina que solo permitía la entrada en el puerto con marea alta y a buques de poco calado, como era el caso de las galeras. Gonzalo de Céspedes calificaba la barrera marina de "peligrosísima y mortal". A esto había que sumarle las fuertes corrientes de agua del río que hacían aún más difícil la entrada en el puerto. 

Las Campañas de Spínola en Flandes: Primer Sitio y Defensa de Groenlo


El 3 de agosto de 1606 la vanguardia del ejército de Ambrosio de Spínola, mandada por el capitán de caballería Luis de Velasco, ponía sitio a la villa de Groenlo en los Países Bajos, la cual acabaría cayendo once días después.  

En el marco de la Guerra de los 80 Años España comenzaba 1606 con una nueva campaña al cargo del capitán general del Ejército de Flandes Ambrosio de Spínola el cual planificó una pequeña acción contra el condado de Güeldres. El 2 de abril ordenó a Guillermo Verdugo tomar la plaza de Bredevoor. Verdugo, llevando como segundo al marqués de Terrail, y con una fuerza de 500 infantes y 200 caballos, se hizo pasar por oficial holandés que llevaba un preso de alto rango español. El ardid funcionó y los españoles penetraron en la plaza y la tomaron tras batir a la guarnición dirigida por Gosswijn van der Lawick. 

Federico Enrique de Nassau envió inmediatamente una fuerza de unos 3.000 hombres bajo el mando del gobernador de Güeldres, Joost van Batenborch, para recuperar la plaza. Ante la imposibilidad de socorrer a Verdugo se le dio autorización para rendirse tras resistir una semana de asedio, saliendo los españoles con sus armas y pertenencias tras dejar en libertad a los presos holandeses que habían hecho tras tomar Bredevoor.