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Guerreros: Álvaro de Bazán y Guzmán


El 12 de diciembre del año 1526, nacía en Granada Álvaro de Bazán y Guzmán, Capitán General de la Mar Oceana, y uno de los marinos más importantes y brillantes de la historia de España. De ascendencia navarra, el linaje Bazán estuvo siempre ligado a La Corona de Castilla. Su abuelo llegó a ser capitán general en la guerra de Granada. Su padre derrotó a los franceses en Galicia, en la batalla naval de Muros, también como Capitán General de la Mar Oceana, y en la que llegó a participar su hijo Álvaro.

A los 3 años, Álvaro de Bazán fue nombrado caballero de la Orden de Santiago, y con 8 fue nombrado, por Carlos I, Alcaide del Castillo de Gibraltar mediante una Real Cédula expedida por el rey y que rezaba: “Acatando vuestra suficiencia y habilidad y los muchos y leales servicios que el dicho vuestro padre nos ha hecho y esperamos que vos nos haréis”.

En 1546, ya como un consolidado marino, fue puesto al mando de la flota que daba escolta en las costas del suroeste de España a los buques que llegaban de América. Esto le permitió mostrarse como un brillante táctico en sus enfrentamientos con piratas y corsarios, principalmente ingleses y franceses, aunque también otomanos. Tras su matrimonio con Juana de Zúñiga, fue nombrado capitán de la armada con tan solo 28 años, sirviendo en numerosas acciones en las que siempre acababa saliendo victorioso.


Ya en 1563, bajo el reinado de Felipe II, participó en el levantamiento del sitio otomano de las plazas españolas de Orán y Mazalquivir, donde los hermanos Alfonso y Martín de Córdoba, al mando de una guarnición de 1500 hombres, aguantaron el empuje de unos 100.000 turcos, que finalmente huyeron ante la llegada de una flota mandada por Francisco de Mendoza, Álvaro de Bazán y Andrea Doria, que hundieron 10 buques otomanos y causaron grandes bajas humanas.

Un año después, junto a García Álvarez de Toledo, participó en la recuperación del Peñón de Vélez de la Gomera, perdido por los españoles a manos berberiscas en 1522. Con una armada de 93 galeras y otros buques menores, así como 9200 infantes, acabaron tomando la fortaleza el 6 de septiembre, la cual seguirá hasta la actualidad en manos españolas.

En 1565 socorrió a los Caballeros Hospitalarios que habían sido sitiados en Malta por la flota otomana al mando de Pialí Bajá, Mustafá Pasha y Turgut Reis, que resultó muerto en el enfrentamiento. De esta manera fue nombrado Capitán General de Galeras de Nápoles y en 1569 se le concedió el Marquesado de Santa Cruz de Mudela.

Para mayo de 1571, con la formación de la Santa Liga, Álvaro de Bazán se uniría a la flota española con 30 galeras de la escuadra napolitana, bajo el mando de Don Juan de Austria. En octubre entrarían en combate contra los otomanos en Lepanto. Álvaro de Bazán sería responsable de evitar el colapso del flanco izquierdo cristiano, de apoyar la victoria en el centro de la formación, que acabó con la captura de la “Sultana”, nave capitana otomana, y de socorrer en el flanco derecho a Andrea Doria, que había sido sobrepasado por la flota de Ulij Alí, convirtiéndose en un héroe a ojos de la alianza cristiana.

También participó, de nuevo bajo el mando de Juan de Austria, en la recuperación de Túnez. Estas acciones le valieron ser nombrado Capitán General de las Galeras de España. En este cargo dirigió el ataque por mar sobre Portugal, tras reclamar Felipe II el trono, como hijo de Isabel de Portugal y nieto de Manuel I.

Poco después partiría hacia la isla Terceira, en las Azores, donde estaban refugiados los partidarios del pretendiente al trono portugués, Don Antonio, Prior de Crato, y que contaban con la llegada de una flota francesa al mando del condotiero Strozzi. Bazán no pudo esperar el refuerzo de parte de su flota desde Cádiz, por lo que tuvo que enfrentarse a los franceses con apenas 2 galeones, 20 buques de menor tamaño y unos 4000 hombres de los tercios embarcados. Por su parte los franceses opusieron más de 60 galeones y algo más de 7000 infantes. La batalla se desarrolló entre el 23 y el 26 de julio y acabó en una gran victoria española, a pesar de la inferioridad numérica. La isla se acabaría tomando por el mismo Álvaro de Bazán en 1583.

Por sus muchos logros fue nombrado Capitán General de la Mar Oceana, el 2 de marzo de 1585. Como máximo responsable de la flota española, realizó los preparativos para la invasión de Inglaterra. La meticulosa personalidad de Bazán y los contratiempos surgidos, entre ellos el intento de Francis Drake de tomar Cádiz, impacientaron al rey, que finalmente acabó destituyendo al almirante español el 4 de febrero de 1588, 5 días antes de que éste falleciese en Lisboa, un triste final para una de las carreras militares más brillantes de la historia.

En su honor han sido bautizados 4 buques de la armada española, el último, una fragata F-101, a cuya clase da nombre.





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