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Guerreros: Fernando de Ávalos, V Marqués de Pescara

 


Fernando Francisco de Ávalos Aquino y Cardona provenía de una noble familia que se había consagrado en la Castilla del rey Juan II, pasando después a la Corona de Aragón por un exilio forzado, y de ahí al reino de Nápoles, en cuya capital nació nuestro personaje allá por 1489. 

Fue el abuelo de Fernando, Íñigo Dávalos y Tovar, quien entraría al servicio de Alfonso V de Aragón, también conocido como El Magnánimo, siguiéndole en sus luchas por la conquista del reino de Nápoles, y asentándose en Italia junto a otras muchas familias españolas que participaron. Íñigo se casaría allí con Antonia de Aquino y Gaetano, III marquesa de Pescara. El hijo de ambos, Alfonso de Ávalos de Aquino, IV marqués de Pescara, se casó con María Diana de Cardona, quien provenía de la rama siciliana de los condes de Golisano. De esa unión nacería Fernando Francisco en 1489 en la ciudad de Nápoles, que recibió sus nombres en honor del rey Fernando I de Aragón, y del duque de Milán, Francesco I Sforza. 

Alfonso murió en 1494, al parecer traicionado en mitad de la invasión francesa del Reino de Nápoles, no sin haber antes agrandado el patrimonio familiar, fundamentalmente en la zona de los Abruzos, al este de los Estados Pontificios, y cuya ciudad más importante era Pescara, pegada a la costa adriática. Los Pescara adquirieron no solo patrimonio, sino también fama e importancia, lo que llevó a que Fernando, con tan solo 6 años de edad, fuera prometido en matrimonio a la hija del famoso condotiero de origen romano Fabrizio Colonna, Vittoria. Con las Guerras Italianas la casa Pescara adquirió una mayor relevancia, estableciendo vínculos fuertes con los Sforza y los Trivulzio milaneses, y estrechando los lazos con la monarquía española. 

Las Campañas del Marqués de Leganés en Milán: Toma de Brem y Vercelli

 



A comienzos de marzo de 1638, Diego Mexía de Guzmán, marqués de Leganés, y gobernador del Milanesado, iniciaba una nueva campaña contras las fuerzas franco-saboyanas cuyo objetivo principal era la toma de las importantes plazas de Brem y Vercelli, en Lombardía. 

Mexía había sido nombrado gobernador y capitán general del Estado de Milán en septiembre de 1635. Su mandato comenzaría con sobresaltos ante la alianza de los ducados de Parma, Saboya y Mantua con la Francia de Richelieu, que desde 1635 se encontraba en guerra con España. El primer golpe vino de la mano de Eduardo I Farnesio, duque de Parma y Piacenza, persona en exceso ambiciosa y con pretensiones de gran general. En Roma, Eduardo anunció su alianza con Francia, por lo que inmediatamente las autoridades españolas le confiscaron las rentas provenientes de Nápoles, así que a comienzos de septiembre de 1635 batalló en Pontecurone, en el Piamonte, al este de Alessandria, y venció, aprovechando su gran superioridad numérica, a los tercios de Filippo de Spínola y Gaspar de Acevedo, que resultó muerto de un mosquetazo en la cabeza. 

Eduardo Farnesio, junto con numerosa tropa francesa y saboyana, invadió el ducado de Milán y se plantó ante los muros de Valenza del Po, pero fue rechazado a finales de octubre. Para enero de 1636 las fuerzas franco-saboyanas atacaron el ducado de Módena, aliado de Felipe IV de España, por lo que el marqués de Leganés no dudó en socorrerlo y algo más, invadió el ducado de Parma para dividir a las tropas enemigas mediante un movimiento de diversión. El ejército hispano acabó derrotando a las fuerzas del duque de Parma y a éste no le quedó más remedio que avenirse a firmar la paz con España en 1637.