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El sitio de Neuss


El 27 de julio del año 1586, las tropas españolas de Alejandro Farnesio, tomaban la villa de Neuss al asalto, tras una enconada defensa de 3 semanas por parte de las tropas protestantes.

En el marco de la Guerra de los 80 años, un nuevo conflicto se había desatado en Alemania, en el Electorado de Colonia. El príncipe elector, Gebhard Truchsess von Waldburg, se convirtió al protestantismo. Según la Paz de Augsburgo, firmada en 1555 entre la protestante Liga Esmalcalda y Fernando I de Habsburgo, hermano del emperador Carlos V, los príncipes que se convertían a la religión protestante debían abdicar.

La reacción católica no se hizo esperar; el Papa Gregorio XIII excomulgó a Waldburg, y se eligió como nuevo arzobispo de Colonia a Ernesto de Baviera, príncipe de Lieja y Münster. El conflicto estalló a mediados de 1583 y la intervención de las fuerzas españolas de Alejandro Farnesio en 1586 acabaría decantando la guerra del lado católico.

El Asedio de Haarlem


El 14 de julio de 1573, tras más de 7 meses de un duro y penoso asedio, caía la importante ciudad de Haarlem, la segunda en población de Holanda, ante las tropas de Fadrique Álvarez de Toledo, hijo del Gran duque de Alba.

La Guerra de los 80 años se recrudecía, con los rebeldes holandeses inmersos en una violenta revuelta de índole religioso y político que databa de 1566. La mano dura del duque de Alba no ayudó a apaciguar los ánimos, y las ejecuciones de los condes de Egmont y de Hornes, súbditos del rey sobre los que recaía la sospecha de traición a España, propiciaron que buena parte de la nobleza de los Países Bajos que aún se mantenía fiel a Felipe II, se uniese a la causa de Guillermo de Orange, quien se había refugiado en sus tierras de Dillenburg, en Alemania, y desde donde lanzaría un poderoso ejército con el que invadir los Países Bajos en 1568.

En 1572 las cosas no habían cambiado mucho; los rebeldes, con los Mendigos del Mar de Guillermo de La Marck a la cabeza, sacudían con furia los Países Bajos. Los desesperados intentos del duque de conseguir dinero para sostener sus ejércitos allí, le llevaron a imponer la "décima", un tasa que gravaba las transacciones comerciales, tal y como sucedía en los territorios castellanos de España. Este hecho provocó el descontento de parte de la población no solo de Holanda y Zelanda, sino también del Brabante y Flandes.

De la Paz de Niza a la Paz de Crépy: el asedio de Saint-Dizier


El 8 de julio de 1544 las tropas imperiales de Carlos V, bajo el mando del virrey de Sicilia, Ferrante Gonzaga, iniciaban el asedio de la importante plaza francesa de Saint-Dizier, que acabaría siendo tomada tras más de un mes de duros combates. 

La Paz de Niza de 1538 había paralizado las hostilidades entre España y Francia, al menos por el momento. Carlos ansiaba la paz con Francisco I, y le propuso casar a su hija María con el segundo hijo del rey francés, el duque de Orleans, entregándoles los Países Bajos. Pero la ambición de Francisco no conocía límites y no cedió a las pretensiones del emperador, empezando negociaciones secretas con los protestantes y los turcos para romper la paz firmada. 

Aprovechando el desastre español de la jornada de Argel el año anterior, Francia se lanzó en enero de 1542 a ocupar Stenay, un estratégico enclave de la región de Verdún y un formidable paso sobre el Mosa. Por si no fuera bastante, el 12 de julio proclamó la ruptura de la paz y comenzó con el asedio de Perpiñán.