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Legazpi llega a las Filipinas


El 21 de noviembre del año 1564 una expedición española, bajo el mando de Miguel López de Legazpi, parte del puerto de Jalisco en busca de las islas del Poniente, llegando a las islas Filipinas, descubiertas por Hernando de Magallanes en 1521.

En la década de los años 50 del siglo XVI, los españoles ya habían dado la vuelta al mundo y explorado gran parte de América, dominando el comercio en el Atlántico. Pero esto no les impedía seguir ambicionando más aventuras y gloria. Un reino casi despoblado era la potencia puntera y sus dominios se extendían a lo largo y ancho del globo.

En esta tesitura Felipe II escribe al virrey de Nueva España, Luis de Velasco, instándole a continuar explorando nuevas rutas comerciales en el "Mar del Sur". Una de las consignas que el "Rey Prudente" da, es que participe en dicha expedición Andrés de Urdaneta, experto marino y cosmógrafo natural de Villafranca de Ordicia, en Guipúzcoa, que había participado de joven en la expedición dirigida por García Jofre de Loaísa a las Molucas.

Defensa de Cádiz


El 7 de septiembre del año 1625 la flota anglo-holandesa abandonaba la bahía de Cádiz, tras ser rechazada por las fuerzas españolas bajo el mando de Fernando Girón de Salcedo y de Manuel Pérez de Guzmán y Silva, duque de Medina Sidonia.

Tras reiniciarse las hostilidades con los holandeses al expirar la Tregua de los 12 años, Inglaterra, quien tenía importantes pactos con las Provincias Unidas, mostraba una cada vez mayor hostilidad hacia España. La Guerra del Palatinado, dentro del marco de la Guerra de los 30 años, precipitaría los acontecimientos y la declaración de guerra en marzo de 1624 por parte del rey inglés, Jacobo I, cuya hija estaba casada con Federico el Palatino.

Jacobo moriría apenas un año después, pero el proyecto sería continuado por su hijo, Carlos I de Inglaterra. Los espías del monarca español, Felipe IV, le habían informado de las intenciones de los ingleses de atacar Cádiz, epicentro del comercio con América en la península. Carlos había mandado hacer leva general de marinería, preparar más de un centenar de naves, traer de Holanda más de 2.000 soldados veteranos que se unirían a los 8.000 soldados que estaban preparados en Inglaterra.

Carlos V toma Cateau-Cambrésis


El 3 de noviembre del año 1543 las fuerzas imperiales de Carlos V pusieron en fuga a los ejércitos franceses del rey Francisco I, que se hallaban acampados en Cateau-Cambrésis, dejando expedito el camino de las fuerzas del emperador hacia Cambrai.

Como respuesta a los ataques franceses de 1542, orquestados por Francisco I contra las posesiones de la Corona Española, tanto en la propia frontera de España como en el Milanesado y sobre todo en los Países Bajos, Carlos V emprendió en 1543 una enérgica política tanto diplomática como militar, para recuperar la iniciativa en el teatro europeo.

Completamente desengañado de la palabra y el honor del rey francés, el cual no tenía reparos en incumplir sus juramentos, como el realizado para obtener su liberación tras su captura en la batalla de Pavía, o sus pactos con el Turco, a pesar de declararse como "Rey Cristianísimo", Carlos comprendió que la única manera de tratar con el monarca galo era mediante la vía de las armas.